Desahogo tripero

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Gimnasia lo logró, venció 1 a 0 a Colón en el Estadio Marcelo Bielsa en el partido de desempate por la permanencia y consumó el objetivo de mantenersae en la primera división del fútbol argentino. Nicolás Colazo marcó el gol de la victoria.

El fútbol y la vida, volvieron a ser justos. Emocionante y merecida victoria tripera, ayer por la tarde en el Estadio Marcelo Bielsa, el Lobo venció a Colón 1 a 0 con un golazo de Nicolás Colazo y de este modo se quedó con el desempate por la permanencia en la máxima categoría del fútbol argentino, mandando al descenso al conjunto santafesino dirigido por Israel Damonte.

El partido se jugó como lo que fue, una verdadera final. Donde la gloria era la salvación, era mantener la vida y la derrota era la verdadera muerte futbolística, el descenso. Dos clubes con historia en el fútbol argentino, Gimnasia de un lado y Colón de Santa Fe del otro. Por supuesto, habría un condimento más para darle un tinte épico a la tarde rosarina, la lluvia.

En la previa diluvió, también durante el desarrollo del juego, pero vale la pena aclarar que el campo de juego del Marcelo Bielsa fue impecable. No solo que resisitó los 90 minutos, sino que también sobrellevó todo lo llovido en la previa. Así y todo, con el 5-3-2 definido y un doble 9 que temrinó estando a la altura los dirigidos por Madelón fueron los que iniciaron proponiendo en el partido. Gimnasia dominaba, pero no era claro para atacar. De Blasis estaba impreciso, pero tanto Saravia, como Soldano y Tarragona trababan con la cabeza, de ser necesario, y Matías Abaldo era el desnivel que el equipo albiazul tenía como arma para el desborde.

La primera clara fue del sabalero, tras un desborde por izquierda Rubén Botta remató cayendo al piso y la pelota fue muy bien controlada por Nelson Insfrán. Así y todo, pese al diluvio, Gimnasia era superior y tenía que plasmarlo en el resultado. Y llegaría la explosión definitiva. Al minutos 42, Matías Abaldo desbordaría por derecha, metería un centro que Soldano bajó de pecho para que culminando una gran jugada colectiva, Nicolás Colazo sacará un sablazo que significaría el 1 a 0 definitivo y el desahogo de todo un pueblo.

En el cierre de la primera parte tuvo el 2 a 0 Tarragona, pero su remate se fue desviado, y de este modo Gimnasia se fue 1 a 0 al descanso, tirandole toda la presión al rival.

Ya en el complemento, Israel Damonte movió rápido el banco, gastó pronto sus cambios, hecho que le terminó dando ventaja al equipo de Madelón que manejó muy bien los tiempos. Gimnasia era integliente, casi no sufría, la primera clara estuvo en los pies de Botta, afortunadamente su remate se fue desviado del segundo palo defendido por Insfrán.

Así y todo, el Lobo tuvo sus posibilidades, aprovechando los espacios que dejaba el conjunto sabalero, la primera en los pies de Matías Abaldo quien no pudo aprovecha un buen pase de Tarragona e hizo lucir al arquero Ibáñez.

Lo pudo liquidar el Lobo, en dos oportunidades, y ambas en los pies de Ivo Mammini, la primera pasó desviada, mientras nque la segunda fue un gran mano a mano nacido de una gran asistencia de Lucas Castro que el delantero albiazul no supo aprovecha y su remate pasó besando el palo derecho de Ibáñez.

Por amenazas de invasión, el encuentro debió demorarse unos minutos, y el árbitro Merlos adicionó 10 minutos que se hicieron eternos y para colmo se potenciaron con las últimas chances claras de los sabaleros. La primera un remate de Wanchope en el segundo minuto adicional, bien tapada por Insfrán y la última en el décimo minuto adicional fue memorable. Toledo peinó, no pudieron conectar el remate por una buena marca defensiva y Perlaza la encontró para sacar un remate furioso que Insfrán, a puro reflejo desvió al corner. Fue un atajadón, quizá el tiempo la ubique como una de las más memorables de la historia del club, por lo que significó y por la dimensiónd e la misma y significó la victoria final. Fue 1 a 0, fue alegría, fue emoción, fue desahogo puro, para un equipo que de ninguna manera mereció sufrir tanto.

Gimansia se queda en priomera, a pura emoción y festejo. Ahora es tiempo de descansar, tiempo de recapacitar, de autocrítica y pensar en un 2024 mucho más grande. Sin la herencia desastrosa que dejó la pasada comisión directiva, ni los errores de la actual. Gimansia es y será siempre de primera.