La Reserva tripera, envuelta entre la tristeza y los homenajes, no pudo con Vélez y cerró su participación en la Copa de la Liga. El Lobo no pudo clasificar y deberá pensar en lo que viene. Una jornada conmovedora.
Temprano se anunció que el equipo que dirige Sebastián Romero, uno de los “hijos pródigos” de Timoteo, jugaría con una camiseta especial, que tenía marcada en el pecho, una palma de mano en color azul. Claro está, haciendo referencia a la hermosa palmada que Carlos Griguol le daba a sus futbolistas antes de salir a la cancha. Chirola -vistiendo la clásica gorra- lo replicó en la salida al campo de sus dirigidos. Fue caída por la mínima ante el Fortín.
Pasada la emoción, vino el juego. Luego de un primer tiempo parejo, donde ambos tuvieron sus chances para ponerse en ventaja, se fueron al entretiempo en cero. Pero sobre el cierre, el Mens Sana sufrió la expulsión de Franco Torres, por doble amarilla, y el complemento se complicó. Fue la visita, empujado por alguna chance matemática de clasificarse a Cuartos de Final, quien buscó quebrar el marcador. Y lo consiguió sobre la hora, gracias al tanto de Nazareno Bazán.
El Selectivo tripero aguantó pero no pudo evitar la caída en el final. Así, se terminó una Copa que tuvo a Gimnasia con chances de clasificar hasta la ante última fecha, con muchos imponderables en el medio. Ahora, será momento de relajar la cabeza, descansar y luego encarar la pretemporada. Como decía el Viejo Maestro, los pibes son lo más importante de todo.