Gimnasia sufrió un muy flojo primer tiempo, pero reaccionó y mediante un tempranero gol de Brahian Alemán, igualó 1 a 1 frente a Huracán en el Tomás Adolfo Ducó. El Lobo quedó a un punto de la zona clasificatoria.
En papeles Gimnasia era el favorita, tenía las de ganar para aprovechar una fecha que se había dado a pedir de suyo, pero los conceptos previos son una cosa y el fútbol es otra completamente distinta.
Huracán llegaba sumando, pero siendo un equipo endeble. Estrenaba técnico y al parecer en pocos días el efecto Kudelka surtió efecto ya que al Lobo le costó y mucho mostrar la identidad futbolísitca que lo caracterizaba de los últimos encuentros. No hacía pie, su mediocampo estaba inconexo y por ende algunos sectores de la defensa parecían vulnerables.
Así y todo inquietó mediante Carbonero, de entrada, al arco defendido por el muy buen arquero Meza. Y minutos más tarde Barrios de cabeza, tras centro de Weigandt llamó a la acción al joven golero. Pero Huracán llegaba, avisaba. Y mediante pelota parada en un corner dónde Ayala marcó muy mal y a Palazzo le ganaron con experiencia, el desenlace fue un muy buen gol de Lucas Merolla de cabeza a falta de 6 minutos para el cierre de la primera parte. Fue tan impreciso lo del equipo que lo mejor que le pudo pasar fue el pitazo que culminó el primer tiempo.
En el complemento, y sin cambios, la actitud fue completamente distinta. Ayudó y mucho el gol de laboratorio, con sello Martini y Messera, que en apenas 2 minutos le dio la igualdad a Gimnasia. Guiffrey recuperó, encontró espacio, jugó con Melluso, quien con pase profundo buscó a Barrios para que de primera dejase libre a Carbonero, quién desbordó y pase atrás mediante encontró al goleador Brahian Alemán para que la empujase al fondo. Todos, incluso el uruguayo, abrazaron al joven colombiano, determinante.
Y así Gimnasia creció, dominó, pero también es cierto que le costó generar. Por momentos pecó del clásico “una de más”, aunque en otros instantes la falta de precisión en ofensivas no le permitió quedarse con la victoria.
Carbonero y Melluso hicieron un surco por su sector, desmoronando todo el trabajo que en los primeros 45′ minutos los ahora dirigidos por Kudelka habían demostrado.
Rey tuvo dos tapadas importantes, pero Gimnasia la pelota. No la supo aprovechar un poco por buen mérito del rival, pero otro poco por desmerito propio. Eso sí, a corregir la marca en la pelota parada. Quizá el punto débil en la noche de un equipo que no resigna su identidad. Si tiene que jugar, va a jugar. Pero si tiene que embarrarse, lo hará y con gusto en pos del objetivo. Qué claro esta, quedó a tan sólo un punto de distancia.
Igualdad en Parque Patricios, que de ganar en el Bosque a Lanús sumará tanto como aquel punto obtenido en Santa Fe. Y sí, en un fútbol tan parejo, la media inglesa nunca falla.