Triunfazo de Gimnasia en el Bosque, que con gol Matías García se impuso a Atlético Tucumán por 1 a 0, alcanzó a Patronato y se puso a tres de Colón. Los dirigidos por Maradona sueñan despiertos.
Enorme, merecida e injustamente sufrida victoria de Gimnasia. Qué se encargó dd quebrar todas las rachas existentes y volvió a ganar en el Bosque, volvió a ganar dos al hilo por Superliga, que sumado a Copa Argentina alcanzó el tercer triunfo consecutivo en la semana.
De arranque, a los 4 minutos el Lobo avisó con un remate de larga distancia de Víctor Ayala y acto seguido, volvieron los fantasmas del pasado cuando Maxi Cuadra erró un gol imposible, tras gran jugada de García y Contín previamente.
El Lobo era decidiamente más, pero no concretaba. Matías García tras un bueb centro de Caire lo tuvo de cabeza, pero Luchetti se lució en una gran tapada y casi sobre el cierre Pérez García le perdonó la vida al conjunto tucumano luego de una asistencia riquelmeana de Mancilla.
En el vestuario Maradona calmó a sus muchachos y les adviritió que ganarían. Pareciera que la palabra del “Diez” es sagrada, porque a los 9′ minutos del complemento Maximiliano Caire guapeó una pelota importantísima vecino al arco, envió un centro que terminó en despeje, pero tras una nueva recuperación de Mancilla -y un pase Maradoneano- apareció el goleador Matías García para definir con una enorme categoría y hacer delirar al Bosque entero.
Gimnasia era más y lo ganaba bien, hasta tuvo posibilidades de ampliar el marcador pero las dilapidó. A falta de poco menos de 15 minutos para el cierre Matías Melluso vio la segunda amarilla y se fue expulsado. Forzando al Lobo a cuidar con uñas y dientes. Se lo perdió Contín de contragolpe y ya en el adicional Harrinson Mancilla salvó al equipo con un cierre esplendoroso que le permitió a los dirigidos por Maradona concretar la victoria.
Final en el Bosque, final de las malas rachas, tercer triunfo consecutivo -segundo por campeonato, luego de tres años-, alegría para Maradona y estupor para el equipo, que poco a poco se acostumbra a la victoria.