#LaClaseDelProfe: PATINANDO POR UN SUEÑO

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Gimnasia y Estudiantes igualaron 0 a 0 en una nueva edición del clásico platense. Lo que dejó el mezquino derby, en la pluma de Daniel “El Profe” López. 

Otro clásico que se fue, el 157 de la era profesional que, lamentablemente, no dejó demasiado para el análisis.

Estudiantes llegaba con puntaje ideal y la valla invicta, Gimnasia por su parte, lo hacía con la obligación de rehacer su implatenseagen ante su gente, gente que era de esperar colmaría el viejo Estadio del Bosque, para demostrar que ellos su parte del espectáculo la iban a cumplir. Simplificando, ambos tenían sus obligaciones inmediatas.

¿Era de esperar el inteligente planteo que dispuso Alfaro? Sí, era de esperar. ¿Estuvo bien? ¡Estuvo perfecto! Agobiando al rival con una presión estricta, Gimnasia se aseguraba que el conjunto visitante no generara juego desde sus últimas líneas, y sobre todo por los laterales. Andújar no podía salir jugando, Solari no tenía espacio para progresar por su sector y Cavallaro, no contaba con libertades propias para jugar, ni con quien hacerlo. Para eso, el local puso a “laburar” a casi todos sus jugadores en pos del éxito de semejante planteo. Todos menos Chirola Romero, que además de hacerle una especie de marca personal a su amigo Braña (lo marco sin contemplaciones) fue el único que pudo administrar el balón de manera perfecta, convirtiéndose en la temprana figura de su equipo y del partido. Gran nivel el del veterano de Berisso.

Ahora bien, ¿podía ilusionarse con algo más el Lobo? Hoy por hoy no, lamentablemente. El presente de Gimnasia y Esgrima no pasa por su mejor momento, por eso el planteo de Alfaro fue el indicado. Su equipo dispuso que pasara lo que finalmente paso en el clásico, y eso le da mayor mérito al local que maniato a su oponente (en los papeles mejor y en superador momento) La visita nunca pudo desarrollar su juego. No pudo progresar por los costados, no pudo tener la pelota, no consiguió manejarla por el medio tampoco. Por eso Vivas se vio obligado a cambiar nombres y esquema. Y Gimnasia por su parte  -o Alfaro– cambió de acuerdo a las variantes que fue haciendo su rival. Pero claro, sólo con Ibáñez que hace horas llegó de Comunicaciones  no alcanza. Con lo que hay no alcanza. Más si se tiene en cuenta como llegaba a éste, el clásico 157. Al que se lo recordará por todo menos por el juego. Se lo recordará por el miedo a perder que tuvieron ambos, se lo recordará porque fue el primero con la platea Néstor Basile, se recordará también por el clásico en el que todos patinaban, o hacían “culi-patín”.

Los dos seguro que habrán soñado con ganarlo, sin embargo, terminaron “patinando” por un sueño.

Por Daniel López – @ElProfesorLópez

Foto: Agata Natale