Una semana por demás agitada: Meza, comunicado, y Alfaro; todo a horas de saltar nuevamente a la cancha. El análisis de lo ocurrido, en la precisa pluma de Daniel “El Profe” López.
Parece mentira y suena increíble, pero se repite algo que cada tanto suele convulsionar el aire azul y blanco. Cuando recién se tiene que jugar la segunda fecha, y se viene de ganarle a Vélez de local el día que se inauguró la platea Néstor Basile, Gimnasia se inventa un problema que rompe con la tranquilidad que reinaba. Aunque no vale la pena ocultarlo, esa tranquilidad no era tal. Los reclamos por los sueldos de los empleados y demás yerbas, estaban dando señal de alerta, a pesar de que el gran medio periodístico local haga lo posible como para que la CD disimule sus problemas más inmediatos, esos que no suelen tener que ver con el fútbol.
Y de repente habló Alfaro, metiéndose en el tema de la (ahora frustrada) venta de Meza. Habló en Radio Continental para colmo. ¿Y qué fue lo que Lechuga le dijo a Mariano Closs? Palabras más palabras menos le dijo que si lo vendían al jugador, el Presidente no iba a poder caminar por la calle. ¡Tomá mate! Pero lo mejor estaba por venir, pues Onofri, en lugar de prender el celular, ir a “contactos”, buscar en la G de Gustavo o en la A de Alfaro y llamar, reunió a toda la Comisión para después largar un comunicado en donde se lo intimaba al empleado más jerárquico a que volviera tras sus dichos, pidiera perdón y algunas cosas más. Como mínimo, un disparate de ambos lados. Veamos: el miércoles a la noche explotó el tema, antes que finalice el día la CD emitió el comunicado, y Alfaro habló en el mediodía del jueves en conferencia de prensa cuando los jugadores ya estaban casi subidos en el micro que los llevaría a Paraná. ¡Un disparate!
Para colmo, el DT dijo frente a los periodistas que entre lío y lío, no había podido dedicarse a preparar el partido frente a Patronato. Fuerte.
¿Alfaro hizo bien en hablar? No, hizo mal. Por lo menos para decir lo que dijo, pues derecho tiene, y ese derecho se lo otorgan esas obligaciones como entrenador que suelen abarcar terrenos o temas en los que no tendría que ocuparse, pero se ocupa para dar una mano, por ejemplo.
Ahora, ¿la Comisión hizo bien en emitir semejante comunicado (para mí fuera de época y contexto)? ¡No! Hizo pésimo. Ese tipo de despelotes se arreglan de otra manera, puertas adentro, en silencio, sin hacer ruido.
Realmente a Gimnasia no le hacía falta un problema como éste. Es que este tipo de problemas, suelen dejar huellas, o heridas. Y éstas, seguramente aflorarán en el momento menos oportuno, en la víspera de un partido importante, o cuando ocurra algo que altere el trabajo cotidiano, por ejemplo. Y en Gimnasia, cada tanto, suelen cometer el error de inventarse un problema de la nada, y en el momento menos indicado.
Alguna vez, Adolfo Pedernera, entrenador del Lobo del ’62, le dijo a un arquero: “Mire pibe, yo lo voy a perdonar si alguna pelota de esas que van adentro usted no la puede sacar. Lo que no le voy a perdonar nunca, es que las que van afuera las meta adentro del arco”. ¿Qué fue lo que le quiso decir El Maestro a ese arquero? Lo que le quiso decir fue que no se invente un problema cuando no lo tiene.
Por Daniel “El Profe” López – @ElProfesorLópez