EL FUNDAMENTAL EJERCICIO DE LA MEMORIA

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Lo que podía haber sido una fiesta, terminó siendo una tarde de dolor para el pueblo gimnasista. Aquel que podría haber sido un gol antológico de Pablo Vegetti quedará en el recuerdo como esa jugada que la “puta suerte” no favoreció. Y los interrogantes, y las broncas de siempre que reaparecen; Otro clásico perdido, otro más que se cae en el bosque, el resultadismo deportivo que pesa sobre Troglio cuan espada de Damocles y los jugadores que no estuvieron a la altura profesional de lo que disputaban. 

Quizás esta vez no acompañó la suerte, esa injusta ley futbolera que reza: “aquellos que erras en un arco, después los lamentas en el tuyo”, quizá los jugadores no estuvieron a la altura, o bien es cierto que el equipo supo ser uno a la hora de generar juego y atacar y otro al momento de defenderse.

Lo cierto es que excusas, fundamentos, hipótesis sobre las razones de la derrota del pasado domingo abundarán. Pero lo único concreto es que se sumó una nueva caída en el clásico platense y –para peor- nuevamente en el Estadio Juan Carmelo Zerillo.

Futbolísticamente apenas podrán destacarse las actuaciones de Pablo Vegetti, Mendoza, la entrega de Brum y quizás algún momento de claridad de Maxi Meza, que se desdibuja por el insólito gol que se pierde, motivos que llevarán al entrenador del lobo a más de un cambio este viernes cuando el primer equipo se enfrente a Huracán en Parque Patricios.

El troglisismo como bandera de esperanza

Es entendible el cuestionamiento hacia el DT de Gimnasia, es justo por sobre todas las cosas porque aún no se han visto plasmados los resultados de su trabajo. Pero primero que nada es primordial repudiar rotundamente las agresiones verbales que sufrió tanto él como su familia el pasado domingo en el bosque.

“Que Troglio no gana clásicos”, “que no le encuentra la vuelta al equipo”, “que le estamos agradecidos pero su ciclo se acabó”. Siempre y cuando haya respeto las críticas son entendibles. Lo que es inadmisible es la falta de respeto o los rumores sin fundamento del post clásico. Este lunes según medios de capital Pedro daba el portazo, y según locales se quedaba solo hasta junio. La realidad es que sigue y que su ayudante de campo Victor Bernay, en dialogo con este medio, aseguró que la idea del cuerpo técnico y de la dirigencia es extender el vínculo por más de tres meses.

El deseo del hincha, claro está, va más allá de la posición que ocupa Gimnasia en las 3 primeras fechas del torneo. Pero la realidad institucional marca que Gimnasia contó con un presupuesto austero a la hora de hacer incorporaciones y se vio, casi obligado, a realizar una venta que fue la de Fernando Monetti. Hasta el momento sumamente extrañado por el pueblo mens sana.

Esa misma realidad institucional nos marca que contamos con el mejor director técnico que podemos llegar a tener, o quizá más de lo que merecemos tener, ya que pocos entrenadores que lleven al hincha a pensar en grande soportarían las deudas que soportan tanto Pedro como su cuerpo técnico.

La misma historia respalda al actual DT, ya que desde su partida en el 2007 el club solo contó con técnicos a los que poco les importa la crisis económica e institucional de Gimnasia y se dedicaron a endeudarlo, sacar malos resultados deportivos y para colmo iniciarle juicios que aún se están pagando. Solo Leonardo Madelón logró realizar una campaña “aceptable” de 45  puntos en 29 partidos, temporada 2008-2009, pero luego debió irse tras un torneo de tan solo 13 unidades obtenidas.

La tibiesa dirigencial de Walter Gisande, acercó al banco de relevos a hombres como el “Moncho” Fernández y Diego Cocca. Los resultados ya son conocidos; refuerzos sin jerarquía, sin identidad que el club aún continua pagando y juveniles tapados que solo fueron reconocidos por los interinatos del “Indio” Ortiz y Pablo Morant.

Es por eso que el ejercicio de la memoria se vuelve fundamental a la hora de salir a bancar al DT mens sana, Pedro regresó al club en el año 2013 cuando luego de caer ante Instituto en Córdoba el lobo caía en zona de descenso a la B Metropolitana. No solo logró revertir la situación sino que a la siguiente temporada Gimnasia asciende logrando la mejor campaña de su historia en una competencia nacional, 73 puntos, y en su primer campaña en primera el lobo vuelve a pelear un campeonato llegando a la última fecha con posibilidades y pese a no lograrlo clasifica a Gimnasia a la Copa Sudamericana, torneo que no jugaba desde el 2006.

Es la misma memoria la que nos lleva a recordar que hace un año, luego de caer en un clásico en el bosque tanto el periodismo, como algún que otro resultadista puso en cuestionamiento la continuidad del actual entrenador. Pero el haber ganado 7 de 8 partidos disputados, y el subirse a la cima de aquel Torneo Final dejó atrás aquellos malos augurios.

El actual torneo recién comienza, pocos entrenadores saben sacarle el jugo a las piedras como el que se sienta en el banco tripero, el resultado adverso en el clásico duele, algunos rendimientos deportivos deberán mejorar pronto si no quieren terminar en el banco de relevos. Pero Gimnasia tiene material de sobra para salir adelante y un triunfo ante Huracán será revitalizante para el ánimo del plantel. Habrá que aprovechar lo desparejo del actual certamen, habrá que tener paciencia puesto que es un torneo largo que da margen a la recuperación. Y apostar a la Copa Argentina, que asoma como un pequeño atajo hacia el crecimiento deportivo que tanto sueña el pueblo gimnasista.

Pero para lograr todas esas mejorías que ansiamos deberemos estar unidos, cuidar nuestro estadio, armarnos de paciencia y ser conscientes de nuestra realidad institucional. Para cambiarla, mejorarla y de a poco ir logrando el Gimnasia grande que soñamos. Es sí, unidos y siempre con respeto.

 

Por Fabricio Falco- @Fabrofalco