ES LA UNIDAD EN “ACCIÓN”

Estamos lejos, de ella, otra vez.

Cuando solo “las espaldas anchas”, o un ídolo, nos mantienen amalgamados en un objetivo, algo no funciona bien en la política interna del club. Hay una relación inversamente proporcional.

Siempre se escuchó, se escucha, la misma canción: “así no podemos seguir, hay que reformar el estatuto”. Varias reformas están guardadas en el cajón. Modificar cuestiones: edad de los vitalicios, posibilidad de elecciones todos los años, antigüedad para votar, fin de mandatos a contramano de los torneos AFA, participación de la minoría, los límites para la conformación de agrupaciones políticas, tirar la moneda en caso de empate, entre tantos otros a proponer y debatir.

Peleamos, disentimos, pero no nos juntamos para modificarlo. Digámoslo, sin eufemismos: las agrupaciones políticas de Gimnasia, las filiales y los socios, no podemos reunir la cantidad que requiere el estatuto vigente. En eso, fracasamos. ¿De qué forma de hacer política hablamos? ¿Será que queda muy cómodo el sistema actual de funcionamiento y elección? ¿Solo sirve movilizar e incentivar la participación, en momentos de comicios? Tendremos miedo de armar y conducir un club más grande? No me vengan con que es un número inalcanzable.

El 30 de noviembre de 2013, sobre un padrón de 11.663 socios, votamos 6.222 personas. Participación récord, sin embargo es un poquito más de la mitad del padrón. La Agrupación ganadora se impuso, solo por 166 votos. Nuestro director técnico, de “espaldas anchas”, nos explica que no nos conviene jugar el clásico solo para socios en el estadio “Ciudad de La Plata”, porque no tenemos gran número de asociados (está bien que lo diga, porque es cierto).

Es claro el problema de inicio, no somos tantos para darnos el lujo de dividirnos tan a menudo. Debemos subir la vara, no quedarnos en las cosas chiquitas.

Socios e hinchas hemos visto destruir y desarmar todo el proceso de crecimiento aportado por Carlos T. Griguol, por cuestiones personales (con nombres y apellidos, que no viene al caso dar acá) y por dinero (“esto es por plata”). Presentar tres listas a una elección, cuando generacionalmente, al menos, daba para dos ideas distintas. Abortar proyectos de unidad por terquedad. Presidentes que debieron pagar deuda de muchos años, para poder presentarse. Sectores que, mientras por primera vez jugábamos la Copa Libertadores, y con los jugadores en el avión, ponían palos en la rueda. Ir a golpear la puerta de las billeteras grandes, y después “amontonarse” para sacar a las billeteras grandes. “Tomar la sede”, en vez de “reclamar en la sede”.

Nuestra dirigencia política, a la que necesitamos, tiene que superar el nivel de “club de barrio”. Prepararse, formarse; ya no alcanza con los “grupos de amigos”, fundamentalismos, acercar a algún político local, pedir permiso al dueño del diario, o traer otra billetera. Ingresamos a una nueva etapa en el fútbol argentino, la era “post Grondona”, donde no se podrá seguir con las viejas herramientas y los viejos vicios. Se deben promover los “tanques de ideas”, las consultas, en temas específicos, a valiosos triperos a los que nuestro accionar expulsa. Volver al Gimnasia soberano, no dependiente de poderes externos.

El club tiene asimetrías en el crecimiento. Crece deforme, como puede. Crece en la construcción de identidad y sentido de pertenencia, en los jóvenes que van a la cancha y en los que practican deportes, en las obras inmuebles (arquitectura e infraestructura). Pero no crece en la formación técnico/política, en la extensión social y en el número de socios.

En los ochenta ascendimos con una “Lista de Unidad” e iniciamos los noventa, con la segunda estrella, en unión. Cuando vino “la buena” (porque ya vinieron varias veces “las buenas”), y comenzó a ingresar dinero por las ventas de jugadores, se acercaron todos al club, y se acrecentó la puja política. En ese tiempo ya prometían “Escuelas de dirigentes” y reforma del estatuto.

En el último ascenso y en la Asamblea “de las obras”, se selló un tipo de unión, no con todos, sino “en la acción”. Unidad en la acción, no es amontonamiento ni utopía. Hoy, está rota.

Una elección no resuelta, judicializada. La puja de la política platense en la carrera a la intendencia 2015. Poder, política y pelotas.

Pasará el próximo viernes una Asamblea de socios más en nuestro club. Unidad en la acción, ahora es utopía. Hay oficialismo y oposición. Esperemos estar a la altura de nuestra institución, y que concurran muchos socios, aunque el día laboral y la hora es un claro impedimento.

Jorge A. Babaglio – socio n° 4024/0 – @joralba57