Así va a ser difícil

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Gimnasia venía jugando el que, quizá, fue su mejor partido en el torneo. Hasta que Johan Carbonero se hizo expulsar a modo infantil y dejó al equipo con uno menos durante el resto del partido. Cayó 2 a 0 frente a Lanús y profundizó su crisis.

Gimnasia cayó esta tarde en su visita a Lanús, por 2 a 0 con los tantos de José López y Ángel González, Cumpliendo con otra mala tarde futbolística, que sumada a la eliminación en Copa Argentina, ahora acumula tan solo 1 punto de los últimos 9 en juego en Liga Profesional.

La cosa, sin embargo, había empezado bien. La actitud del equipo era otra. El Lobo era protagonista, amplio dominador de las acciones y con el Pulga cómo conductor, asociándose al talento de Brahian Alemán y los despliegues de Johan Carbonero por el sector izquierdo y Ramírez por derecha. De este modo, hacían que el conjunto granate saliera de sus planes iniciales. El Lobo llegaba al arco defendido por Lucas Acosta y merecía la ventaja.

Sin embargo una desatención en la marca de un tiro de esquina, le dio la posibilidad a José López de adelantar a Lanús en su primera llegada del partido. Pese a ello el Lobo era más, proponía, tenía la pelota y lastimaba. No fue hasta los 27 minutos, dónde Johan Carbonero rompió el partido. Se escapaba nuevamente por izquierda, Belmonte decidió bajarlo con falta, el árbitro pitó y amonestó al rival, pero torpemente el atacante albiazul reaccionó con un golpe de puño que le valió la roja directa.

Pese a ello el Lobo propuso, siguió inquietando, pero a los 36 minutos Ángel González de contragolpe sentenció el encuentro. Tuvo la última del primer tiempo, pero ni eso ligó el equipo dirigido por la dupla.

En el complemento, Martini y Messera buscaron más tenencia de la pelota con Miranda. Permitiéndole al Pulga soltarse más cómo arriba junto a Ramírez. Y de entrada pareció funcionar, ya que siguieron llegando con claridad al arco rival. Peor luego de los 10 minutos el equipo “quemó las naves”. El desgaste de tener uno menos y haber jugado hacer menos de 72 horas se hizo sentir y allí fue cuando el Granate aprovechó el hombre de más para volverse el amo y señor del partido.

Fue una nueva derrota, que genera bronca, desazón e incertidumbre (pese a la ya confirmada continuidad de la dupla), pero a su vez el consuelo de que Gimnasia puede volver a jugar a algo. Del lado contrario, los granates sonríen satisfactoriamente extendiendo su racha triunfal ante el Lobo y acomodándose como líderes del torneo.

Por su parte, Gimnasia entrenará mañana en Estancia Chica buscando dar vuelta la página y enfocándose de lleno en lo que será el partido del sábado frente a Huracán.