En un partido donde el buen trabajo colectivo superó a las actuaciones individuales, Marcelo Weigandt por gol y aportes ofensivos en la primera parte y su firmeza defensiva en el complemento se convirtió en el punto más alto del equipo. Buenas producciones de García y Alemán. Contín pagó confianza con gol.
Fue un partido donde el colectivo superó al la virtud individual. Reconocido incluso por la dupla técnica, Gimnasia estuvo a la altura y tranquilamente podría haber goleado a Colón de estar un poco más fino.
En una tarde que rozó la perfección, los “mejores porotos” los sumó el Chelo Weigandt. Siendo inquebrantable al pasar al ataque, una pesadilla para Gonzalo Piovi, jugó de lateral, volante, media punta incluso. Y su persistencia tuvo premio cuando a los 30 minutos marcó su primer gol. Ya en el complemento se aferró a Goltz, Guiffrey (de gran ingreso) y Melluso e hizo de su sector un verdadero impenetrable. Incluso pese al correcto ingreso de Luis Miguel Rodríguez en el rival.
En el medio, Matías García y Brahian Alemán fueron el corazón del equipo. Conducinedo, aportando tenencia, asociandose a la perfección con Contín y Ramírez (para que estos se adueñen de las ofensivas del equipo). Hasta lujos le aportaron a la tarde santafesina.