Trabajar y corregir, con memoria

Editorial Fútbol Fútbol profesional Opinión

A una semana de La Batalla del Parque, Gimnasia ya le apunta los cañones al 2024. Y agradece hacerlo jugando en Primera División. Pero no debe repetir más errores. Opinión.

El Lobo pasó lo peor. En febrero, marzo, abril y hasta mayo, algunos decían que era exagerado hablar de descenso. Otros creíamos que, habiendo un descenso por tabla anual, había que evitar a como de lugar, caer en ese traumático puesto de la tabla. Y había motivos para creer que el equipo de Sebastián Romero en aquel entonces, podía terminar allí. Pasó Chirola, llegó Madelón. Parecía que la cuestión se enderazaba, pero terminó de la peor forma. Bache futbolístico severo, y a jugar un desempate.

Quince mil triperos movilizados a Rosario, para copar la cancha de Newell’s en un partido que, creanme, definía más que un descenso. Definía un rumbo institucional que podía caerse a pique como nunca en la historia de la institución. Por muchísimos factores. A Colón, solo seis días después de bajar de categoría, le estallaron deudas viejas, deudas actuales, conflictos con futbolistas, juicios a ex dirigentes. Nadie hubiese querido pasar por eso, o peor. Pero Colazo la clavó en el ángulo, Insfrán se vistió de héroe tapando dos pelotas de gol en el final, y el Mens Sana aseguró la permanencia en Primera División, al menos un año más. Lo más difícil ya pasó. O quizás no. Depende.

¿De qué depende? Del camino que quiera tomar Gimnasia ahora. “Es momento de festejar cortito, y hacer una fuerte autocrítica” dijo Mariano Cowen en los vestuarios del Marcelo Bielsa, consultado acerca de un balance anual. “Hay que apuntar a otra cosa, tenemos que hacer un análisis grande para no repetir estas cosas. Hay que trabajar más en lo deportivo”, agregó. El análisis, a simple vista, parece ser el correcto. El tema estará en los hechos. Está claro que la Comisión Directiva erró el camino.

Porque ante un club inhibido, cuestión que no fue culpa de la actual CD -que de hecho lo revirtió rápido-, la mejor alternativa no era apostar a un Cuerpo Técnico inexperto y a un plantel plagado de jóvenes sin experiencia en Primera, desistiendo de la poca jerarquía que quedaba. Se confundió el camino: está bien querer potenciar a los jóvenes de la casa, pero no hay ninguna Fábrica que funcione en piloto automático. Los chicos deben crecer rodeados de grandes, de experiencia y trayectoria.

El riesgo era mucho, y se terminó sufriendo hasta los 98′ del último partido, desempate. Gimnasia se quedó en Primera y ya le apunta al año que viene. Leo Madelón, DT con contrato y que sacó el 50% de los puntos en disputa, seguirá en el cargo. Ahora, hay que ponerse a trabajar. El elenco tripero debe realizar una pretemporada “como dios manda“, cosa que no hizo este año, cuando empezó un mes tarde por paro de futbolistas. Y además, traer refuerzos.

No hay que cometer los errores de julio pasado, donde se subestimó el mercado, ni tampoco los de la temporada 2009/2010, cuando el mismo LCM produjo el milagro ante Rafaela en el Bosque y tiempo después se fue porque un equipo que debía volver a pelear la permanencia, no se reforzó como tal y casi desciende de nuevo. No hay más margen de error. Lo peor ya pasó, pero puede volver a pasar. Gimnasia necesita depurar su plantel y refuerzos de nivel en todas las líneas.

Justamente de esto, habló el entrenador con la dirigencia ayer miércoles. Acordaron reforzar al equipo en todas las líneas (un arquero, defensores en el sector izquierdo, un volante mixto y un 9 si se va Tarragona serían las prioridades), y se habló del tema continuidades. Terminan contrato Tarragona, Insfrán, Cabral, Guiffrey, Colazo, Napolitano, Jara y Palazzo. Los tres últimos, con grandes chances de salir del club. Por Cabral, si quiere el técnico, habrá que volver a charlar. La idea es llegar a un acuerdo con Insfrán, Colazo y Guiffrey. Y por Tarragona, Gimnasia va a esforzarse, pero solo depende del delantero.

Y más allá de todo esto, habrá que afinar el lápiz: el Mens Sana tiene muchos profesionales en el plantel, y a varios habrá que buscarles salida. Mediante rescisión o mediante préstamo, se decidirá en base a los planes a futuro. Pero el Lobo tiene muchos jugadores y necesitará liberarse de varios para ganar flexibilidad y abrirle lugar a caras nuevas. Esto debe ser prioridad. No se puede cometer el mismo error. Gimnasia necesita jugadores de nivel para volverse un equipo más competitivo.

Lo dijo Pablo De Blasis apenas terminó el desempate: “A estos pibes los tiraron a la parrilla, cobrando dos mangos y sin partidos en Primera. Casi les marcan la carrera con un descenso”. ¿Hace falta agregar algo más para describir lo que fue este año? Se necesita experiencia para que vuelvan a cotizarse y crecer, Benjamín Domínguez, Felipe y Nicolás Sánchez, Diego Mastrángelo, Matías Miranda -que regresará-, Alexis Steimbach, Leandro Mamut, Alan Sosa, Lautaro Chávez e Ivo Mammini. Mire si aún quedan jóvenes. Pero recuerden: ninguna fábrica funciona en piloto automático.

Por último, un dato a no perder de vista: debido a la gran campaña de Néstor Gorosito en 2022, Gimnasia comenzará en el puesto 15° de 28 en los promedios, a 17 pts del descenso por esa vía. Y si bien no puede dormirse, porque si los demás suman te alcanzan rápido, hay algo mucho más importante: la temporada 2025. Cuando los 65 puntos de Pipo se borren -campaña de Libertadores-, el Lobo puede volver a sufrir porque esta temporada cosechó veinte unidades menos: 45. Y sabido es, que si no llegás a cincuenta, siempre tenés que recurrir a la calculadora.

En resumen, Gimnasia debe sumar mucho en el 2024. Primero, para no complicarse vía tabla anual ni en los promedios. Pero además, debe hacerlo pensando en mantener la estabilidad en 2025. Para eso, necesita mejorar su fórmula. Es con los chicos, pero también con jugadores de experiencia y jerarquía, más un Cuerpo Técnico probado que sepa conducir cada situación. Se imponen refuerzos. Y se necesitan para comenzar la pretemporada, a principios de enero. No para debutar en la quinta fecha del campeonato.

Jugadores y CT ya hicieron su trabajo: dejaron al equipo en Primera sufriendo hasta el último segundo del partido desempate. Ahora le toca a la Comisión Directiva, que aún está en deuda, respetar a un pueblo incondicional pero cansado, y que no quiere más miserias ni mediocridad. Toca trabajar y corregir. Con memoria.