Un gran paso atrás dio el equipo de Chirola Romero, que cayó 2 a 0 en su visita a Godoy Cruz y nunca encontró los hilos del partido. Pese a ello, se mantiene en la mitad de la tabla.
Desde el momento en que inició el año en Gimnasia se sabía que el presente sería un torneo transicional, la primera experiencia de Chirola Romero, pero acompañada sin los principales jugadores de jerarquía del plantel, sumado a que el mismo sería un proceso de aceleración de varios de los juveniles del club.
Es por eso, que pese a sumar más derrotas que alegrías, el hecho de que el Lobo se vea en la mitad de la tabla de posiciones de la actual Liga Profesional no deja de ser una satisfacción enorme, pero indudablemente la presentación de ayer en Mendoza significó un retroceso preocupante para el conjunto albiazul.
Es que en la previa el partido asomaba como complejo, pero el arrastras dos victorias en fila fuera de casa, el haber sumado 10 de los últimos 12 puntos en juego y el hecho de que Romero repitiera los once, después de mucho tiempo. Ilusionaba al hincha con dar un zarpazo en el Estadio Víctor Legrotaglie. Claro está la ilusión se fue desvaneciendo con el correr de los minutos, porque Godoy Cruz de entrada fue dominador del encuentro y encargado de imponer condiciones, demostrando porque llegaba al encuentro dos puntos arriba del Lobo y mostrando una franca mejoría desde el interinato de Daniel Oldrá.
Así y todo en el primer tiempo no había situaciones claras de gol, Gimnasia se había ilusionado con un centro mordido de Guillermo Enrique que por fortuna le quedó a Tarragona, pero su remate se terminó yendo desviado. Y el Tomba con un remate de Gonzalo Abrego.
Todo parecía morir en un 0 a 0 aburrido, que haría replantear a más de uno en abandonar el fútbol por una siesta. Pero a los 31 minutos de la primera mitad, Felipe Sánchez comete un error, deja viva la pelota y Tadeo Allende saca un remate de otro partido que descoloca al arquero Durso, quien nada pudo hacer para evitar la conquista del local. El Tripero se iba abajo sin poder reaccionar y agradeciendo estar perdiendo solamente por un gol de diferencia.
En el complemento el equipo no reaccionaba, Durso seguía teniendo trabajo mientras que el Ruso Rodríguez era un espectador de lujo. Eso llevó a Chirola a mover el banco y apostar por los ingresos de Eric Ramírez, Franco Torres, Ivo Mammini y Leandro Mamut. La congestión de atacantes dejó de manifiesto que el doble cinco no le llevó equilibrio al Lobo y que la experiencia de Tarragona y Soldano no sirvió en la calurosa tarde mendocina. Así y todo los cambios aportaron frescura, pero no cambiaron la ecuación.
En la mitad del complemento tras un centro de Mamut, Morales cabeceó desviado y faltando 3 minutos para que se cumpliera el tiempo reglamentario Gimnasia logró generar la situación de gol más clara en su visita al Tomba. Morales luchó, recuperó con más bronca que criterio y lo encontró a Mamut en el área que se desmarcó remató y de milagro Rodríguez evitó el empate agónico de los dirigidos por Romero.
Sobre el final, el bandazo de agua fría. Se jugaban 3 minutos de los 5 que adicionó el árbitro Baliño -que nuevamente tuvo una floja actuación- y con un cabezazo mordido, ayudado con su pierna izquierda, Conechny anotó el 2 a 0 definitivo. Para la locura de los dirigidos por Oldrá y la desazón del albiazul que ya da vuelta la página y piensa en la Copa Sudamericana.