La derrota de Gimnasia fue contundente en la tarde cordobesa y finalizó la temporada con una imagen que pocas veces se vio a lo largo del 2022. Los pibes dieron la cara entrando desde el banco.
Ayer se terminó el año futbolístico para el Lobo que tuvo altibajos durante estos 10 meses de competencia y que terminaron con la recompensa de clasificar a la Copa Sudamericana 2022. La última presentación que se dio en Córdoba estuvo dentro de los rendimientos más bajos que tuvo el equipo de Néstor Gorosito y que entran en la categoría de algunos encuentros de este final de torneo como principio ya que luego desde marzo hasta septiembre Gimnasia tuvo actuaciones muy buenas y que ilusionaron al pueblo albiazul.
Con pocos puntos altos, salvo los ingresados Tomás Muro e Ignacio Miramón que cambiaron un poco la cara del equipo con su bueno juego y desfachatez para mostrar algo diferente a la pálida imagen que estaba dando el Tripero en el Mario Alberto Kempes, el resto de los futbolistas estuvieron en el debe en uno de los partidos más importantes que tenía el Mens Sana en este año con la posibilidad de ir a la Copa Libertadores. Producto del plantel corto y las no incorporaciones sumado a las salidas, estos últimos 10 partidos Gimnasia tuvo un bajón futbolístico y físico que ayer quedó claro.
Con pocas ideas de juego, encima no estaba Brahian Alemán, casi no tuvo remates al arco ni tampoco intenciones de mostrar algo diferente salvo los pibes mientras que en defensa volvió a repetir errores que pagó caro en un partido donde todo estaba muy tranquilo. No solamente no generó juego y ocasiones claras que inquieten a Guido Herrera sino que también perdió todas las segundas pelotas o las divididas ante la presión de la T, que no jugaba por nada y tenía un equipo alternativo que igualmente dejó todo en la cancha.