Dolorosamente inexplicable

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Gimnasia perdió un partido insólito. No porque no lo mereciera, sino porque lo ganaba 2 a 0 y en los últimos 10 minutos cometió horrores defensivos que lo dejaron con las manos vacías. Dudas y más dudas, de la punta del campeonato al infierno mismo.

Gimnasia cayó 3 a 2 en un partido inexplicable frente a Defensa y Justicia e incluso a estas horas las conclusiones son difíciles. De la cima, al abismo. De ser puntero junto a Racing e Independiente, a cuestionarse absolutamente todo (principalmente el mercado de pases), en cuestión de 15 penosos minutos tiró todo por la borda. Pagó caro errores inexplicables, casi amateurs que desde la generación de juego, pero principalmente en lo defensivo no pueden volver a ocurrir jamás.

Gimnasia comenzó mostrando la imagen de partidos anteriores. En un discreto y aburrido primer tiempo, hacía bien las cosas y apenas en una pelota parada fue inquietado por el rival, bloqueó todos los circuitos de juego del equipo de Beccacece y hasta tuvo oportunidad, pese a que lejos estuvo de mostrar un buen nivel de juego en ofensiva.

En el complemento parecía concretarse un cuento de hadas. Tras una buena ejecución de pelota parada Guillermo Fratta empujó la pelota en el área y adelantó al Lobo. Eso despertó al Halcón, que fue en busca de más y comenzó a encontrarse con la figura de Rodrigo Rey. Pero respondió el Lobo, 20 minutos más tarde se puso 2 a 0 arriba gracias a un pase en profundidad de Manuel Insaurralde, que no pudo conectar Rodríguez, pero que en el rebote Matías Pérez García se la picó a Unsain, para concretar un gol que (honestamente) no mereció ser convalidado.

Y allí fue cuándo comenzó el show de los papelones. Leo Morales recuperó una pelota crucial en el larteral derecho, pero enganchó para adentro, rechazó mal y el rebote le quedó servido a Pizzini para descontar. Los cambios terminaron de condenar al Lobo, Alemán entró a no aportar absolutamente nada (cómo de costumbre), Mancilla e Insaurralde salieron con molestias y Leyes y Cecchini ingresaron a regalar el orden del equipo en el medio. Sucedió lo lógico, empató Bou a los 41. Y para culminar el bochorno en el último segundo lo pierde luego de un centro que no marcó absolutamente nadie.

Doloroso, inexplicable, pero para nada olvidable. Golpe que tiene que servir para enmendar errores. Pero principalmente para bajarle definitivamente la persiana a jugadores que no están a la altura.

Mucho le cambiará la cara al equipo lo que serán los regresos de Coronel, Guiffrey, Carbonero y la semana de trabajo completa para el Pulga. Sin embargo hoy lamenta 3 puntos, no 1. Porque era líder, porque los errores fueron amateurs y porque quedó de manifiesto que algunas alternativas no fueron bien apuntadas, que sigue con poco recambio y que dilapidó la imagen de solidez mostrada en los últimos dos partidos.