Gimnasia jugó el peor partido del año, lejos estuvo de la identidad futbolística que pregonaba el equipo de Martini y Messera y fue goleado en su visita a Patronato, por 4 a 1. Lucas Licht de penal, marcó el tanto del Lobo.
Gimnasia fue goleado en su visita a Paraná, cayó 4 a 1 ante Patronato y a diferencia de la derrota ante Lanús, hoy no hubo excusas. Hizo todo mal de principio a fin y lo mejor que le pudo ocurrir fue regresar a la ciudad para empezar a trabajar de cara al clásico.
Había regresos en el equipo, cinco para ser más precisos, del medio para atrás. El desgaste físico. Los coletazos post Covid-19 hicieron que la parte central del medio y la defensa estuviesen fuera de sintonía. Algo que desde los 6 minutos de la primera parte aprovechó y bien el local para ponerse 1 a 0.
Desde allí Gimnasia no tuvo respuestas. Padeció el partido. El planteo no fue exacto, es cierto, pero los errores poco comprensibles en un equipo que venía sólido y mantenía una identidad en la cancha. El partido fue una pesadilla y desde el 2 a 0 en adelante el Lobo se cansó de cometer errores que le permitieron al Patrón lograr jna victoria histórica.
En el complemento el Lobo continuó jugando mal, pero mejoró a partir del ingreso de juveniles que tuvieron ganas y aportaron velocidad en lugar de varios de los recuperados a los que el Covid le dejó coletazos físicos notorios. Martínez como lateral derecho, los interesantes ingresos de Jara y Agustín Ramírez para correr la banda mejoraron, apenas una olvidable producción.
En el cierre Pitana cobró penal a Palazzo y Lucas Licht cambió por gol, para marcar el único tanto tripero de la tarde y convertirse en uno de los goleadores del equipo. De yapa su gol número 31 con la azul y blanca, lo que le permite ser el defensor con más tantos convertidos en la historia del club.
Borrón y cuenta nueva, de eso se trata ahora. Una vez culminado el partido el plantel volvió rapido para La Plata en dos micros distintos. Gimnasia ya piensa en el clásico de la ciudad.