EL SILENCIO DE ALFARO

Fútbol Opinión

Luego de días por demás agitados, Gustavo Alfaro se mantiene en silencio. El entrenador eligió evitar los micrófonos tanto en la previa, como al término de la derrota ante Atlético de Rafaela. OPINIÓN.

Gimnasia comenzó la temporada venciendo 1-0 a Instituto por Copa Argentina, y saliendo también airoso de las primeras dos presentaciones por el Torneo de Primera División. Si uno lee ésto, rápidamente llega a la conclusión de ser un arranque -y un marco para el trabajo- ideal. Pero no. La Institución mens sana al parecer es especialista en generar situaciones de autodestrucción.

Sabidos son los hechos que se sucedieron en estos últimos diez días, aproximadamente: la no venta de Meza al Lens de Francia, la oferta de Independiente para llevarse a Maxi, las desacertadas declaraciones de Gustavo Alfaro para marcar la cancha, la no salida de Meza al Rojo, el comunicado incendiario de la Comisión Directiva finalmente alejamiento del correntino hacia el Club comandado por los Moyano. ¿Y el marco ideal para el trabajo anteriormente mencionado? Destruido.

En la previa al choque ante Patronato, el día posterior al comunicado y aún con Maximiliano Meza en Gimnasia, Alfaro fue claro y dijo: “Con todo lo sucedido, no pudimos preparar el partido de la mejor manera. Todo ésto no ayuda en nada”. Allí el entrenador, con un semblante muy caído, encendió la luz de alarma. Lamentablemente, la situación empeoró. Queda a las claras en el silencio que el DT ha elegido para atravesar estas horas: no habló el viernes en Abasto, no habló luego de la derrota ante Rafaela (si ganaba, tampoco tenía pensado hacerlo) ¿Es correcta la decisión de no hablar? Uno no es quién para responder a esta pregunta, pero sin dudas es respetable. Por un lado es sana determinación, por el otro colabora a las especulaciones de los especuladores. Alfaro tiene algunos años en el fútbol: si elige callar, él sabrá porqué.

En su última charla ante la prensa en la Sala Auditorio del coqueto Campus Carlos Timoteo Griguol, a modo de cierre -y luego de poner su renuncia a disposición de los dirigentes- el entrenador soltó: “Si fue la última conferencia, les agradezco por todo. A ustedes y a la gente”. Esa no fue la última. Todo se calmará, y Alfaro volverá a comunicarse. Pero la realidad es que Gimnasia debe aprender a cuidar a quienes le hacen bien. Sin ir más lejos, debe aprender a cuidarse a sí mismo. Porque es cierto, “Gimnasia está por encima de cualquier hombre”, dijo el mismo Alfaro ese día; pero hoy, Alfaro es Gimnasia. Onofri también. Gimnasia es esos hombres que rigen su día a día, siempre seguidos de cerca por la gente. Esa gente que pide a gritos terminar con la autodestrucción.

Por Pablo Villarino – @PLVillarino.