LOBO, MI BUEN AMIGO.

Fútbol Fútbol profesional

En una noche fría en el Estadio de 25 y 32, el calor y el  color lo  puso la gente del Lobo.

Ni el horario, ni que nos saquen del Bosque pudo con la gente  de Gimnasia. La masa albiazul volvió a responder, volvió a  llenar  su tribuna, esa que fin de semana por medio cuesta verla como lucía anoche… Pero bueno, allá ellos.

Hacía 3 meses que el grueso de los hinchas (por suerte muchos pudimos acercarnos hasta Lanús por Copa Argentina) no veía la Azul y Blanca sobre el verde césped. En el medio hubo  pinceladas mágicas de Leo Messi, atajadas de Romero y guapeadas de Mascherano, pero todos teníamos la mente puesta en lo importante. En Gimnasia.

Desde un buen rato antes del inicio del partido, la gente se fue acercando al Estadio Ciudad de La Plata. Los primeros que llegaban. colgaban sus banderas. Banderas al revés en su mayoría, claro está (mostrando el descontento por ceder la localíoa). El frío pegaba considerablemente en 25 y 32 y a medida que la temperatura bajaba, el calor en la tribuna subía.

Sale Monetti a realizar el calentamiento previo, y es recibido, como siempre, con un cálido aplauso. Se acerca el pitazo inicial y con un buen numero de plateas y una popular llena, Gimnasia salta a la cancha. La Azul y Blanca en el campo de juego se refleja en la tribuna, baja el telón que acompaña domingo tras domingo al Club mas popular de la Ciudad. El ritual había empezado.

Pasaba el primer tiempo, Gimnasia tenía las riendas del juego,  y la gente lo empujaba al gol. Por el momento se iba a negar. En el segundo, donde el 0 a 0 parecía definitorio, llega el corte de luz en el “Estadio mas moderno y seguro”.  En ese instante, el  J. C. Zerillo dijo presente: “En el Bosque, me enamoré de ti…”. Con la luz, también llegaron los goles.

El primero en golpear fue Ríver, y todos los presentes teníamos la sensación de estar viendo una película que nos la sabemos de memoria. Por suerte, esta vez iba a haber un mínimo premio para la gente del Lobo. Cuando el partido se cerraba y cuando la derrota era tan sorpresiva como injusta, llego el gol de Vegetti y el desahogo  de volver a gritar un gol después de casi 500 minutos de sequía. El “Dale Dale Dale Dale Lo…” empujaba a la hazaña de ganarlo, quedaba una jugada, pero hubiese sido extraño irse de ese Estadio tan alegres. La pelota dijo que no, fue empate, ojala se esté guardando el SI para el mes de Septiembre en ese mismo campo de juego…

“Lobo, mi buen amigo. Esta campaña volveremos a estar contigo”.

 

Por Pablo Villarino – @PabloLV22