Gimnasia supo ser superior a Platense, pero su arquero fue fundamental para mantener el 0 en el arco con tres atajadas cruciales. Partidazo de Bautista Merlini y el colombiano Piedrahita.
Fue vital la victoria que logró Gimnasia este domingo en el Estadio Juan Carmelo Zerillo pensando en lo que es la lucha del equipo por escapar al descenso, ya sea en la tabla de los promedios, como así también en la anual y previo a Copa Argentina.
El partido del Lobo fue bueno en líneas generales, pero sin dudas su figura fue nuevamente el el San Mono. Nelson Insfrán no solo tuvo una nueva valla invicta, sino que también tuvo atajadas memorables que al Lobo le temrinaron significando cruciales para quedarse con los tres puntos.
De entrada le tapó una pelota increíble a Franco Zapiola y a poco del cierre de la primera mitad hizo lo propio con Augusto Lotti en lo que fue una gran jugada del atacante aprovechando a un equipo que había quedado mal parado en defensa. En el complemento volvió a tener intervenciones importantes, pero sin lugar a dudas lo que hizo en la primera mitad le valió la victoria a los dirigidos por Diego Flores.
Pero Insfrán no fue el único. Bautista Merlini dejó en claro que no quiere salir del equipo. Fue puro corazón, tomó la lanza varias veces y a pura habilidad se supo asociar con todos, generando varios tiros libres y siendo un dolor de cabeza para la defensa del Calamar. Si había que bajar a recuperar y meter pata, lo hacía. Si había que ser lírico, también. Muy buen partido.
Otro de los que dejó en claor que tiene que jugar bien arriba es el colombiano Alejandro Piedrahita. Le faltó el gol, pero siempre se supo sacar de encima a los rivales, siempre supo ser una alternativa para ocupar la banda derecha lo hacía y siempre buscó inquietar, además de dejar en claor que es delantero. Buen regreso para él, que se lleva el tercer lugar del podio de la tarde.
Por último los que ingresaron desde el banco, por un lado Nicolás Garayalde de buen partido y gol agónico de la victoria, merecía ser destacado. Por otro los pibes, los que pusieron la cara y el corazón en la cancha. Mammini, Villarreal, Mamut en sus minutos dejaron todo y Matías Melluso fue uno de los puntos altos del partido. Tomó la lanza, desbordó y jugó siempre en ataque, se asoció bien con Merlini. Merecidos los aplausos que recibió esta tarde en el Bosque.
Foto: Prensa GELP