Boca llega al partido ante el Lobo sin la posibilidad de fallar: la Copa Argentina es el camino más corto a la Copa Libertadores del año que viene.
El Xeneize no participó éste año del máximo certamen continental. Y quedarse afuera de nuevo, el año que viene, sería imperdonable. Para ello, tiene dos opciones: clasificar por tabla general anual, o ganar la Copa Argentina. Éste último objetivo, parece más fácil de alcanzar teniendo en cuenta que el equipo juega mal, recientemente cambió a su entrenador y que está a tres partidos de obtenerlo siguiendo el camino de la Copa Nacional. Así llega Boca al partido de hoy.
Después del flamante y fallido debut de Fernando Gago como entrenador, con derrota 0-3 ante Tigre, el equipo de la Ribera sabe que no puede fallar ante el tripero. Por Copa Argentina, ya eliminó a Central Norte de Salta, a Almirante Brown y a Talleres por penales. En la Liga Profesional, el elenco azul y oro se encuentra en la décimosexta posición, lo que representa estar por debajo incluso de la mitad de la tabla. Lo que significa sin dudas, una campaña más que mediocre para un club de semejante magnitud.
Para jugar hoy en el Coloso, el equipo es una incógnita. Hay rumores de que Gago cambiaría el mediocampo, haciendo ingresar al polémico Pol Fernández, y relegando al ex Mens Sana, Ignacio Miramón. Otro gran interrogante es conocer quién ocupará el arco. De esta manera, el equipo podría ser con Romero; Advincula, Anselmino, Rojo, Blanco; Medina, Pol Fernández, Zenón; Aguirre, Cavani y Merentiel/Zeballos. En medio de la incógnita, Boca sabe que no puede fallar ante Gimnasia.