El equipo de Rubén Darío Insúa llega al Bosque después de tres partidos sin perder, y habiendo ganado compromisos importantes. Intentará seguir sumando en el camino de la reconstrucción.
San Lorenzo había arrancado muy comprometido el semestre, no desde los números pero sí desde lo que se preveía desde el juego, y ha logrado enderezar el barco. Con un hombre de la casa al mando del equipo, remontó en las últimas semanas habiendo ganado dos partidos que la gente espera mucho: Huracán y Vélez. En el medio, empató en Mendoza ante Godoy Cruz. Ya con un buen colchón de puntos, el azulgrana llega al Zerillo con la premisa de no detener su crecimiento. Repasamos cómo llega el rival.
Es un equipo, el de Boedo, que no ha ganado tanto (7 PG) pero que ha perdido muy poco: apenas cuatro partidos en la Liga Profesional. El déficit fue la gran cantidad de empates: trece. Se ubica en la décima colocación y si bien no está matemáticamente descartado, es difícil que pueda clasificarse a la Copa Sudamericana, debido a que tiene muchos equipos por delante en la tabla anual. Como se dijo, llega después de tres partidos sin caídas, y de vencer inmediatamente en la hora al Fortín, 1-0 gracias a un penal convertido por Ortigoza.
A propósito del encuentro ante los de Liniers, el once titular para visitar al Lobo será el mismo que se impuso en el Nuevo Gasómetro. Es decir que el Cuervo formará con Batalla; Gattoni, Zapata, Hernández; Giay, Elías, Méndez, Braida; Cerutti, Bareiro y Barrios. Lejos en la pelea por el campeonato, complicado para ingresar a las copas y sin sufrir por el descenso pero con puntos que pueden ser importantes pensando en el futuro, San Lorenzo llega envalentonado a 60 y 118.