En una noche de buenos rendimientos colectivos y dónde varios jugadores estuvieron a la altura. Johan Carbonero, por gol, desequilibrio constante y ganas fue el mejor del Lobo. Buenas producciones de Alemán, Guiffrey, Ayala y Rey.
Fue una noche casi soñada para Johan Carbonero. Qué sólo le faltó el triunfo para haber tenido el broche de oro que tanto anhelaba.
El colombiano fue la figura del equipo, por el gol marcado a los 2 minutos del complemento, sí. Pero también porque hizo de la banda izquierda lo que quiso, Brítez sin lugar a dudas soñó con él anoche ya que no pudo pararlo en ninguno de sus desbordes. Ya en el primer tiempo mostró sus cartas y en el complemento pareciera no haberse cansado y fue siempre una de las armas de Gimnasia para desnivelar. Unsain por poquito le sacó lo que hubiese sido su segundo tanto a mitad del segundo tiempo.
Por su parte Brahian Alemán volvió a ser la manija del equipo. Jugó, hizo jugar, estuvo muy cerca de volver a marcar (no por nada es el goleador del equipo) y siempre exigió. Una asistencia extraordinaria para Johan en el 1 a 0 de Gimnasia, pero se equivocó al querer salir jugando por abajo en un ataque del rival que luego el equipo pagó con el 1 a 1 final. Sin embargo su actitud fue siempre loable, aún exhausto y dolorido (no se cansaron de pegarle) siguió en la cancha buscando darle el triunfo al Lobo.
A su vez buenas producciones de Víctor Ayala, que se lo vio mejor desde lo físico, y volvió a ser jerarquía para el mediocampo tripero. Por muy poco no pudo cerrar la noche con un golazo agónico, pese a que le faltó la habitual puntería en la pelota parada. Germán Guiffrey nuevamente fue el mejor del fondo y Rodrigo Rey tuvo su mejor partido en Gimnasia, con seguridad en juego aéreo y atajadas notables. Un rebote poco fortuito lo privó de terminar con la valla invicta.