Ayer en el Sur, Gimnasia completó un partido excepcional, el cual demostró que un horror arbitral lo privó de volver a ganar.
El equipo de Diego Maradona jugó un gran partido ayer ante Banfield, en el estadio Florencio Sola. El equipo de Julio Falcioni casi no generó peligro en el área rival, producto de la buena tarea defensiva albiazul. Más allá de esto, el Taladro llegó a empatar por intermedio de un penal que ni siquiera fue falta, cobrada por Fernando Espinoza, de arbitraje lamentable.
Aún no corría el cuarto de hora cuando el árbitro condicionó al debutante Nelson Insfrán amonestándolo, interpretando que estaba demorando el partido adrede. A los quince minutos de juego: realmente insólito. Como si fuese poco, a los treinta le mostró la segunda amarilla y la roja, después de cobrar una supuesta falta dentro del área. La realidad es que ni siquiera hubo contrato entre el formoseño y Reinaldo Lenis.
Poco le importó esto a Espinoza, que cobró el penal, expulsó al arquero y no aceptó ni un reclamo, exponiendo su soberbia habitual en el trato con los jugadores. Dátolo cambió por gol la pena máxima, y el partido quedó igualado 1-1. Después, el árbitro intentó equilibrar los fallos, cobrando la mayoría en favor del tripero. Pero el daño ya estaba hecho. Además, omitió un penal para Gimnasia, por mano en el área local.
Lo dijo el propio Maradona en su descargo por redes sociales post empate: “No sirve de nada planificar los partidos [..] y que nuestra permanencia en Primera la decidan los errores de un árbitro“. Más clarito imposible. Más de uno deberá tomar nota, dado que no es la primera vez que lo perjudican los arbitrajes al Lobo en esta Superliga.