San Horacio

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En un partido sin grandes figuras, con un equipo desprolijo y que careció de ideas, Horacio Tijanovich prevaleció por su gol e hidalguía. Merecido premio para un futbolista que nunca negocia el esfuerzo. 
La victoria albiazul ante Newell’s ha sido un gran alivio y el culpable, en el buen sentido de la palabra, claro, ha sido Horacio Tijanovich. Controló, no dudó y se despachó con un zurdazo para un aullido ensordecedor.

Por insistir, por valentía, por actitud. Merecido premio para Tijanovich, que marcó el gol de la victoria y su primer grito con la camiseta tripera. Y qué pedazo de grito.

Ingresó en el complemento, le aportó mayor profundidad y recorrido y en el final, terminó calzándose la capa de héroe para ese grito que perdurará por algunos días. Gracias a Tija, sí, el mismo que en algún momento fue rechazado por “desconocido”, el que la peleó en Agropecuario de Carlos Casares. Todo esfuerzo tiene su recompensa, pibe.