Gimnasia no pudo en el clásico, tras ser claramente perjudicado por el árbitro Delfino, quien expulsó insólitamente a Faravelli promediando la primera mitad. El Pincha se lo quedó 1 a 0 con un tanto de pelota parada y el Lobo mastica bronca e impotencia.
No pudo ser en el derbi, lleno de polémicas con Gimnasia perjudicado en el centro de la escena. Fue caída por la mínima y el dolor es grande.
Fue a los 28′ que Delfino desnaturalizó por completo el juego, cuando expulsó a Faravelli de manera increíble tras disputar lícitamente una pelota con Fernández. Hasta ese entonces, el partido era chato y sin mayores situaciones claras.
Con el hombre de más Estudiantes se envalentonó, sin mayor profundidad pero como claro dominador. Ortiz optó por un cambio curioso, como el de Tijanovich por Vargas. Y a los 43′, el tanto del partido llegó por la vía en la cual la supremacía numérica no era el factor fundamental. Córner y cabezazo letal de Albertengo, para poner el resultado que sería definitivo.
En el complemento, de inicio Ortiz optó por Monti en lugar de Hurtado, lo que le hizo a Gimnasia encontrar algo de equilibrio pero quedar en nula disposición para atacar. Y así fue durante toda la etapa complementaria. Más allá de alguna pelota parada que pudo ser, el Lobo ni se acercó al empate y cayó sin atenuantes, logicamente sintiendo la roja que desbarató todos los planes.
En el final, Delfino echó a Retegui en el local, en una jugada de roja y de clara compensación, si, a falta de dos minutos para el cierre. Un mamarracho del árbitro, que desbarató todo plan de juego, sumado a ello un par de cambios que no hicieron efecto, completaron la faena que derivó en una nueva derrota clásica.