#LaClaseDelProfe: ¡VIEJA! ¿SABES QUIÉN VIENE?

Fútbol Opinión

Guillermo Barros Schelotto llega al Bosque para dirigir a Boca Juniors ante Gimnasia, y Daniel “El Profe” López analiza este acontecimiento en su ya habitual columna.

Viene Guillermo Barros Schelotto al Bosque. Vuelve Guillermo al Bosque, pero dirigiendo a “su otro amor”: Boca Júniors. Y el momento es bueno para preguntarnos qué es lo que puede llegar a pasar por la cabeza del DT y de la gente, la gente de Gimnasia, esa gente que lo esperó por años. Primero lo esperó para que vuelva a jugar, y ahora, seguramente serán muchos los que esperen con ansias que la dupla de hermanos alguna vez se siente en los nuevos bancos de suplentes, esos que están ahora al borde de la  nueva platea Néstor Basile.

Lejos quedó en el tiempo la relación directa de Guillermo con la gente de Gimnasia, esa relación de domingo a domingo, de partido a partido. Relación que se vio enriquecida con la “era Griguol”, nada menos. Con partidos memorables, con clásicos ganados a fuerza de goles espectaculares e identificación genética, con goleadas maravillosas como la de mayo del ’96 en La Bombonera, y con Bilardo en el banco xeneize para colmo. ¡Pero pasaron veinte años! Y desmintiendo categóricamente al Morocho del Abasto, créanme que veinte años es mucho, mucho tiempo, quizás demasiados años y demasiado tiempo.

No fueron pocos los que le reclamaron a Guillermo por una vuelta más oportuna. Una vuelta que muchos imaginaban con el petiso de la número siete entero y peleando algo importante, junto a Gustavo quizás. Pero no, no se dio, no se pudo, o no pudo Guillermo, o no quiso. Esto último no es posible afirmarlo. ¿Pero vale la pena preguntárselo o averiguarlo? No, no vale la pena pues seguramente Los Melli habrán soñado con la vuelta al hogar, vuelta que muchas veces no se dio por esos malditos problemas externos que tanto han perjudicado a Gimnasia, y que nacieron desde el seno mismo de alguna dirigencia trasnochada y poco sensible –hay que recordar que Múñoz trato a Gustavo de maceta- que mucho influyó para que los Triperos no pudieran volver a ver juntos de los mellizos jugando en el Lobo.

Pero al margen de cualquier especulación de orden político, al que se va a sentar en el banco de suplentes de Boca hay que recibirlo como al gran ídolo que fue y es. Hay que recibirlo con la mente repleta de recuerdos de apiladas espectaculares, de caños verticales y descarados, de reclamos airados a los árbitros, de cargadas a los rivales, de goles deliciosos, de sonrisas pícaras y cómplices. Con recuerdos llenos de un fútbol de alto vuelo, de campañas que se hicieron costumbre, llenas del fútbol de Guillermo, del Guillermo que seguramente algún día volverá al Club, y puede ser que lo haga cuando Gimnasia sea otro Gimnasia, ése que se pueda llegar a parecer al que era cuando el Mellizo era jugador.

PD: No se les ocurra silbarlo a Guillermo, o putearlo. Es que a los grandes jugadores como lo fue él, no se los puede putear. Es que si los puteas, seguro que no te gusta el fútbol.

Por Daniel López – @ElProfesorLopez