#LaClaseDelProfe: SE LE ESCAPÓ LA TORTUGA

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El empate ante Arsenal con sabor a derrota, la preocupante actualidad del equipo de Alfaro, y un nuevo clasico platense a la vuelta de la esquina, en la pluma de Daniel “El Profe” López. 

La noche de Sarandí comenzaba dándole a Gimnasia una alegría tempranera gracias al doblete de Ibáñez y la complicidad de Pellegrino. Cuando el encuentro amagaba con ser un verdadero bodrio, el Lobo abría el marcador después de un córner del que Ibáñez sacó ventaja, gracias a sus virtudes y  la poca resistencia de su marcador. Se jugaban 11 minutos y ese gol le daba a Gimnasia la oportunidad de estar más tranquilo, para de ese modo, comenzar a manejar la pelota. Sin embargo, nada de eso ocurrió. La número cinco no le duraba a ninguno de los dos y la cantidad de pases errados, era proporcional al pobre espectáculo que se veía. Pero, los caprichos del fútbol se hicieron presentes y a los 24, un centro lejano y frontal dejo desnudas todas las falencias del arquero local. Centro correcto y pésima salida de Pellegrino que le dejó al jugador que llegó desde el silencio del Ascenso la oportunidad de clavar su primer doblete en Primera División. Dos a cero y ahí sí, Gimnasia tenía otra oportunidad. Con dos goles de ventaja, y un rival que asustaba de lo mal que jugaba, parecía que los once de Alfaro solo tenían que hacer correr los minutos administrando el balón de manera correcta. Con Chirola Romero en un buen nivel, era de esperar que  los dos volantes de contención hicieran su trabajo quitando la globa, para inmediatamente dársela al de Berisso para que la administrara. Eso tampoco ocurrió. Perdomo y Miloc no dieron pie con bola y así, Gimnasia nunca pudo manejar la pelota, nunca.

La segunda mitad no arrojó nada nuevo. Ambos equipos seguían demostrando que están muy lejos de pelear por cosas importantes (por lo menos por ahora) y así, los minutos corrían sin que ninguno hiciera algo relevante. Pero, a los  28 minutos el Huevo Rondina decidió el ingreso del uruguayo Boghossian, y fue esa, la decisión que comenzaría a cambiar el rumbo y el resultado del partido. Sólo 4 minutos después de entrar al campo, el lungo delantero fue a buscar un centro que llegó desde la derecha y sin demasiada resistencia, metió un cabezazo que sería el que permitía el descuento del Arse. Muy mala salida de Martín Arias, y buen “cocazo” del charrúa, 2 a 1.

Envalentonado pero sin ninguna idea, Arsenal fue a buscar algo que no sabía cómo conseguir. Gimnasia, sabía que tenía que defender el resultado pero nunca se dio cuenta que no tenía ni noción de cómo hacerlo. Alfaro sí se dio cuenta del peligro y lo mando a la cancha a Mauricio Romero, el ex Lanús entró con la misión de cuidar el cielo azul y blanco. No alcanzó. Pese a la expulsión del Tanito Vella, el local siguió yendo, y luego de otro centro, Martín Arias despejó con los puños de manera potente, pero lo hizo hacia donde los manuales dicen que no hay que hacerlo: al medio. La bocha cayó en la media luna y ahí, la tomó Martín Giménez quien con potente remate, decretó un empate que pocos creían que llegaría.

Noche triste y preocupante. Triste por el sólo hecho de que a Gimnasia y Esgrima se lo empataron después de ir ganando por dos goles de diferencia. Preocupante por el nivel de juego que fue muy bajo. Hasta el partido con Rafaela, el conjunto de Alfaro no había jugado del todo bien. Sólo lo hizo por momentos, sin embargo, pudo disimular muchos de sus defectos. Los últimos 180 minutos de juego sí fueron para preocuparse en serio. Para colmo, se refloto la disputa Onofri – Alfaro por la venta de Meza. El entrenador jugó fuerte con sus declaraciones y encima, se viene el clásico. Anoche en Sarandí a Gimnasia se le escapó la tortuga. Lo que no puede permitir ahora, es que el domingo se le escape el León.

Por Daniel López – @ElProfesorLopez

Foto: Agata Natale