UN PARTIDO QUE NUNCA TERMINÓ

Triperomaníacos

Un 20 de abril de 2003 se jugó un clásico en 1 y 57 donde el Lobo ganó por 4 a 2 y Madorrán debió suspender el partido por disturbios en la parcialidad local.

Tarde de domingo en 1 y 57, Gimnasia visitó a su clásico por la Fecha 10 del Torneo Clausura. Con Ramaciotti en el banco, el equipo formaba con: Olave, Sanguinetti, San Esteban, Goux, Bustos; Robert, González, Leiva, G.Castillo; Enría y Sava. Los relevos eran: Hernando, Hérner, Pablo Verón, Madrid y Turienzo. El Lobo comenzó ese partido con el pie izquierdo ya que arrancó perdiendo con un gol de Zapata a los diez minutos de primer tiempo. Unos 17 minutos después, tras un penal sobre el Caio Enría, Sanguinetti anotó el tanto del empate pero 120 segundos más tarde Maggioli convirtió el gol del parcial 2 a 1 para el local.

En el complemento la historia fue otra. La hinchada tripera hizo sentir su grito y el rival se achicó. A los dos minutos, Enría anotó la igualdad tras un remate de media vuelta en el área que Nacho González no pudo atajar. A partir de ahí Ellos dejaron de ser locales, si en algún momento lo fueron. El Triperío gritaba y gritaba, hacía sentir como nunca el aullido del Lobo.

Luego el partido empezó a inclinarse a favor de Gimnasia. A los 27 minutos, posterior a un tiro libre, varios rebotes y carámbolas, el Topo puso el gol de la victoria parcial por 3 a 2 y todo un pueblo deliraba. Si hasta ese momento 1 y 57 era una fiesta por los gritos azules y blanco, más iba a llegar cuando el Pampa sentenció de cabeza el 4 a 2 . A falta de cinco minutos para el final en un revuelto de proyectiles de la parcialidad local y gente trepada al alamabrado, Madorrán determinó la suspensión del partido.

Por Cristian Barresi – @CrisBarresi