Gimnasia fue superior a Estudiantes pero quedó en tablas. Fue igualdad sin goles en el Bosque y el Lobo sigue sin poder festejar en el derby platense, más allá del buen aura que creó con una actuación destacable por parte del equipo de Alfaro.
La premisa albiazul era quedarse con el triunfo y eso no se consiguió, por lo que el rótulo de conforme no cabe ni en el triperío ni para el propio plantel, que quedó con el sabor amargo de saber que se hizo más para conseguir la victoria.
En el primer tiempo, sin ese típico arranque vertiginoso pero siendo insistente sobre el arco de Andújar, el conjunto albiazul se mostró mejor que su rival, que de manera literal no pateó al arco defendido por Enrique Bologna. La más clara de aquellos 45′ iniciales fue un remate de afuera del área de Fabián Rinaudo que se desvió en González Pírez, respondiendo de manera descomunal el arquero pincha para mandarla al córner cuando el balón se colaba en el ángulo superior izquierdo.
Ya en el complemento, el partido continuó de manera similar, con un Gimnasia bien plantado, férreo y sin fisuras en el fondo y tratando de encontrar los espacios necesarios para batir la valla rival. Ya con el ingreso de Noble, el ataque cambió sus matices y pareció encontrar aire, y fue allí donde el Lobo volvió a encontrar situaciones nítidas de gol, primero con un gran desborde de Bou que mandó el centro y conectó Niell con su pié, pero nuevamente se lucía Andújar que “la encontró”, y minutos despúes, tras un envío de Noble, Bou tiró la palomita y el balón se fue apenas desvíado.
El Lobo buscó en el final, merodeó el área albirroja pero no pudo llegar al tan deseado y ansiado triunfo. Así las cosas, además, casi que se despide de la ilusión de pelear por el título tras las victorias de Godoy Cruz y San Lorenzo, aunque intentará, mientras den las matemáticas, dar pelea.