Tuvo que “bailar con la más fea” y sacó adelante una misión difícil como marcar a delanteros como Pratto u Orellano, perfilado en su costado. Férreo partido de Guiffrey, que fue de lo más destacado de un Lobo mejorado tras la pálida actuación de hace algunos días.
Gimnasia debía reencontrarse ante todo con la solidez que lo caracteriza, con una defensa sin fisuras y que de poco lugar a acciones de peligro. Y lo logró, principalmente, con un Guiffrey veloz, tiempista y eficaz en los duelos.
Si bien en el gol la zaga puede dejar un margen de duda, también está el mérito del anticipo de Osorio, en la generación previa de la jugada que él mismo terminó anotando. Más allá de ello, que no se trata de un error garrafal ni mucho menos, la defensa albiazul redondeó una buena labor con Germán de bandera.
Como se dijo, le sacó jugó a su velocidad, no se precipitó nunca y controló con firmeza a un siempre difícil Pratto, además de acompañar indefectiblemente la zona de Colazo con un jugador tan hábil como Orellano, donde de hecho en más de una ocasión cortó situaciones propicias.
Importante para él reencontrarse con su mejor versión, y clave para Gimnasia. Un zaguero veloz, con buena salida, zurdo, de esos difíciles de encontrar. Con un buen Guiffrey, es probable que en la faz defensiva haya un buen Gimnasia.
Otro de los puntos altos de la tarde volvió a ser el arquero. Rodrigo Rey fue clave para sostener el punto en Liniers, es cierto que Gimnasia llegó más que el rival. Pero los de la V azulada fueron más efectivos en sus remates y allí fue donde se agigantó la figura del guardameta.