El Bosque, la gente y el amor de siempre

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En una tarde que terminó dando lugar a un clásico histórico, el hincha de Gimnasia copó el Bosque, lo llenó de color y supo ser un jugador más. Luis Miguel Rodríguez el jugador más ovacionado por una hinchada que mereció el premio mayor.

Desde temprano el triperío copó las inmediaciones del Bosque, acompañó al plantel desde Abasto, y colmó las tribunas de un Estadio Juan Carmelo Zerillo que lució renovado, que inauguró la extensión de la Platea Néstor Basile, que estrenó la nueva luminaria, promediando el complemento.

Trapos dedicados a Diego, al eterno Carlos Timoteo Griguol y por supuesto a René Favaloro se hicieron sentir. Entre ellos, una humorada en la previa con la leyenda: “Tenemos el corazón de Diego” en referencia crítica a un rumor infundado instalado por un periodista de investigación.

Cerca de 27 mil triperos vibraron con los cuatro goles del Lobo, padecieron los del rival de toda la vida y se fueron con bronca por el clásico que se escapó. El recibimiento fue a todo color, como de costumbre, el homenaje constante a Diego Armando Maradona no faltó, incluso previo al comienzo de segundo tiempo se vivió un momento muy emotivo cuándo desde los parlantes del estadio del Bosque sonó el himno nacional. “Oh juremos con gloria morir” y un estadio entero aplaudiendo una vez culminado el mismo pusieron los pelos de punta a propios y extraños.

Así son los clásicos, distintos, apasionantes, hay vencedores y vencidos. Y pese al empate, las sensaciones de derrota no pudieron faltar en los hinchas, que sin lugar a dudas merecieron mejor premio. Luis Miguel Rodríguez fue el futbolista más ovacionado, tres goles y un partido memorable dan fe de la locura que provocó en el Bosque. Pero Brahian Alemán también recibió el clásico “uruguayo, uruguayo” por parte de La 22.

Sobre el final, y pese al dolor, llovieron los apalusos. El hincha merecía un premio extra.