El uruguayo edificó un partido consagratorio en La Bombonera, y se erigió como el mejor jugador de Gimnasia y del partido. En este nivel, amo y señor del nuevo y diezmado equipo de Martini y Messera. Volvió a convertir después de largo tiempo.
Iban apenas 40 segundos cuando quedó demostrado quién se iba a hacer cargo del fútbol tripero en cancha de Boca: Brahian Alemán tomó la lanza y se encargó de hacer jugar a todo su equipo. El zurdo fue, por muchísima distancia, el mejor jugador del partido. Manejó los hilos de cada ataque, generó faltas constantemente, se cansó de tirar pases filtrados para dejar mano a mano a los compañeros, y para colmo se anotó en el marcador. No lo hacía, jugando para el Lobo, desde el 9 de mayo de 2018, también ante el Xeneize, pero en el Bosque.
El elenco de Martini y Messera descansó permanentemente en la zurda prodigiosa del oriental, que lejos de estacionarse en un solo sector de la cancha, volvió loca a toda la defensa local, jugando a espaldas de los volantes centrales. En el nivel de ayer, Gimnasia puede descansar tranquilo, porque Alemán lisa y llanamente la rompió toda. Y, ante la falta de algunos jugadores en puestos puntuales, el nivel mostrado por el montevideano es para confiar y, sobre todo, disfrutar.
Por otra parte, y en un gran partido a nivel general del conjunto albiazul, Germán Guiffrey, Johan Carbonero y Matías Melluso -este último terminó como el capitán del equipo-, también se anotaron dentro de los mejores. Los defensores cerraron líneas y no permitieron ninguna filtración dentro del área completando un trabajo casi impecable. Por su parte, el colombiano entró temprano para reemplazar al sentido Victor Ayala, y fue un arma importante dentro del ataque Mens Sana. Podría haber convertido un gol, pero Andrada le sacó una gran pelota. Y de confirmarse las ausencias de cara al partido ante Talleres, el cafetero se podría meter entre los titulares. El Lobo aprobó con creces en cancha de Boca.