Nos hiciste mejores

Editorial El club Fútbol Fútbol profesional

Con la dificultad de expresar unas líneas en medio del dolor, para recordar al mito más mito de los mitos a Diego Armando Maradona. Pero enfocandonos en uno solo, el último, el paternal, ese genio del fútbol que apadrinó a un plantel y lo sacó del abismo. Ese Maradona que dirigió y amó a Gimnasia, tanto como nosotros.

El mundo entero despide a Diego Armando Maradona, se llora al futbolista, se llora al mito, pero muchos también a Diego. A la persona, al humilde. Es que hay tantos Maradonas… en lo personal la angustia es por todos y cada uno, pero se intensifica en el sonriente entrenador que llevó con orgullo el escudo de Gimnasia en el pecho.

Gimnasia que sin saberlo, le regaló un año y dos meses de absoluta felicidad. Esa emoción que oficialmente nació el 8 de septiembre del pasado año, fecha que será imborrable para el triperío e incluso para cualquier futboilista. Esa tarde se sellaba un pacto de amor eterno entre Diego y Gimnasia.

Y el Lobo fue el vehículo, fue quien permitió a la Argentina entera despedir presencialmente a uno de sus ídolos más queridos (sino el más), que lo trajo del exilio y le permitió ser homenajeado por todo el fútbol argentino. Siempre el Bosque, él iba a ser el protagonista, el privilegiado. Pero luego fue Córdoba que presentó un telón capaz de paralizar hasta al más frío de los corazones, luego tocó Mendoza y con dicha provincia la primera victoria (con goleada), el destino marcó Newell`s en el calendario y la mitad de Rosario que siempre lo amó lo agasajo como merecía, Mar del Plata, Banfield, Parque Patricios, Avellaneda con la copa del mundo y los ídolos de la infancia presentes sumando un agónica victoria que le dio el más mimado (Eric Ramírez), después el Centenario de Quilmes dónde por Copa Argentina una ciudad y un torneo le llenó de afecto y luces. Por último, la Bombonera. El último estadio que le tocó visitar con público presente que se reveló a su dirigencia y lo llenó de amor, como merecía.

Cabe destacar que a finales del año pasado también fue homenajeado en La Paternal, como no podía ser de otra manera, y claro está la Casa Rosada. El afecto del pueblo al asomarse al balcón, de Alberto Fernández, de Martín Guzmán -ministro tripero-  su afecto hacia el busto de Néstor Kirchner y una tarde imborrable para Diego.

¿Fue el destino acaso?, ¿todos estos clubes y el fútbol mismo tenían que homenajearlo así?. Una cuestión es concreta, a Gimnasia lo salvó, lo cambió, lo mejoró. Gimnasia al igual que Napoli o tantos otros clubes que pisó, no volverá a ser el mismo. Pero para mejor, porque Diego nos hizo mejores.

Un técnico paternal

Armó un plantel sólido, de devolvió al equipo una columna vertebral, le dio una identidad y lo hizo temible para varios rivales. Dirigió 21 partidos, cosechó 8 victorias, 5 empates y 8 derrotas.

Pero su sello está en los pibes. Amparado en su leal Cuerpo Técnico y en la voz y la experiencia de Martini y Messera revolucionó desde adentro y encontró variantes en el adentro para así resucitar un plantel partido. José Paradela, Matías Miranda, en un principio. Pero Eric Ramírez (jugador olvidado, pero que desde que él lo vio marcó 5 tantos) o el Tanque Contín (apenas sumaba minutos en reserva y le aportó 4 tantos). También con él cumplieron el sueño de debutar en primera Nelson Insfrán, Sebastián Cocimano, Ivo Mammini y Lucas Miguez.

Un abrazo a Eric que lo dice todo

Todos lo lloran. Desde Ramírez quien llegó a sentir un vínculo paternal, hasta Licht y Goltz. De los más experimentados, pero que en la sencillez y la humildad de Maradona veían a un padre. No sólo un entrenador con una visión que iba más allá.

Ahora toca vivir un Gimnasia sin Maradona. Un mundo sin Maradona. Ahora toca la sensación de vacío indescriptible, de saber que esa sonrisa será el mejor de los recuerdos. Ya nada será lo mismo.

Ahora sus muchachos deberán ganar por él. Pero ojo, que si el tipo ya hacía milagros en la tierra. Imaginense lo que va a lograr desde allá arriba, estimado lector… sepa que Gimnasia ahora tiene al más poderoso de los ángeles guardianes.