¿La figura?, sus muchachos

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En una gesta emotiva, inolvidable y a la que el mundo entero estuvo mirando, varios son los rendimientos individuales que se destacan. Pero ninguno supera al colectivo.

Gimnasia estuvo ante su partido más difícil, ante el que no debió jugarse al menos durante la tarde de ayer. Y pese a la falta de empatía por parte de AFA, o Liga Profesional. El Lobo saltó al campo de juego y no tuvo miedo. Y creyó. Porque tal y como se los había pedido Diego: “Gimnasia tiene que ser grande, grande”.

José Paradela, sin dudas, el más desequilibrante. El que ningún defensor o volante velezana fue capaz de detener, el que mereció marcar su primer tanto como futbolista profesional. El que parecía poseído por el espíritu de Diego. Claro está la firmeza de Harrinson Mancilla, que ante su seguridad, le generó mayores libertades al resto de los volantes. Ramírez o el mismo Ayala también fueron un punto alto, claves para la victoria. Sin descartar la gran producción de Brahian Alemán, que desde el banco aportó la frescura que el equipo pedía a gritos.

Desde lo defensivo siempre se mostraron firmes. Pero se destaca una barrida de Matías Melluso que evitó lo que era una segura igualdad de Vélez en los pies de Ricky Álvarez. Ni hablar la firmeza de Paolo Goltz y el inolvidable cabezazo de Maxi Coronel.

El equipo, el grupo. La familia. Gimnasia fue una familia unida, porque entre todos se dieron las fuerzas necesarias para jugar el partido más difícil e injusto de sus carreras. Y entre todos consumaron la victoria. Claro está con el más poderoso de los ángeles guardianes haciendo fuerza y metiendo la mano (de D10S) desde arriba, siempre es más fácil.