¿Napoli?, Tripera… Como Diego

Editorial El club Fútbol

Decir que el fútbol acorta distancias no es descubrir nada nuevo. Pero cuesta trabajo no asombrarse por lo que puede ser capaz de lograr un nombre en particular. ¿Nápoles tripero?, ¿camisetas del Lobo desfilando por el sur de Italia? Sí, y todo en nombre de una persona, o deidad según los habitantes de la región de la Campania: Diego Armando Maradona.

Hacer periodismo no se limita solo a las coberturas de los partidos, del día a día en Estancia Chica, o del programa de radio que con tanto amor buscamos llevarle a nuestros seguidores, no. Hacer periodismo también, a veces, nos lleva a adentrarnos en nuevos desafíos. Conocer nuevas tierras, vernos obligados a aprender un nuevo idioma y unir dos culturas para lograr un informe adecuado.

Es por eso, y dejando de lado la mal vista intro personalista que me vi obligado a redactar, que busqué poner un alto en estas vacaciones para unir cabos entre una nueva pasión naciente. Un nuevo vínculo de sangre que une a dos hinchadas pasionales, fieles, seguidoras y distanciadas que no solo comparten el orgullo de que les pertenezca el nombre más importante de la historia del futbol: Diego Armando Maradona. Sino también comienzan a reconocerse a través de distintas semejanzas vividas.

Hablamos de Gimnasia, claro está, y el Napoli. Demás está decir que para contar la histroria y la devoción que sienten los “sureños” por el “10” deberiamos de escribir mas de mil informes diversos. Pero en breve resumen, Diego llegó a un club marginado, empobrecido, con una hinchada única, que solo había ganado dos copas nacionales (61/62 y 75/76) a los largo de su historia y lo llevó a la grandeza sabiendo enfrentar a los mas poderosos. Conquistó siete titulos oficiales incluyendo dos Scuedettos (86/87, 89/90) y una Copa UEFA -hoy Europa League- (89/90), como cuentan ellos mismos “Los puso en el mapa del mundo”.

Devoción 

Todo pueblo Italiano tiene su santo patrono, el napolitano es San Gennaro. Pero todo joven -incluso adulto- hoy por hoy te cuenta, mientras uno camina por las estrechas y coloridas calles napolitanas, que su principal D10S es Diego Armando Maradona. Lo aman, incluso mas que en Argentina, y no pueden entender como pueden existir argentinos que no lo quieran y se metan en su vida personal luego de las alegrías que le supo dar a la seleccion nacional. Mucho menos, claro está, cómo un futbolista que en Europa necesitan googlear para ver su rostro, puede ser capaz de decirle con total impunidad: “Como te gustan las camaras”.

Es por eso que en el corazon de Spaccanapoli (Napoli cortada) no sólo se puede disfrutar del colorido característico de la ciudad, sino que uno puede sumergirse en la pasion hacia el “10″ y al equipo del sur. Alli uno puede tomar un tipico café napolitano -a mi gusto, el mejor del mundo- en el imponente Bar Nilo. Y asombrarse de la devocion y el culto que se le rinde a Diego en el mismo. Rezarle a su altar, hablar con la dueña que al recordarlo -inevitablemente- se emociona hasta las lagrimas y a su vez encontrar diversas piezas de Gimnasia. Que hoy pasó a ser el segundo club de la ciudad por adopcion definitiva.

En el corazón del sur

“Amamos a Diego, él nos dio todo y nos hizo quien hoy somos. Nos entendió y nos defendió”. “Antes te deciamos Boca, pero hoy un buen napolitano defiende la camiseta del Gimnasia, como si fuese nuestra azzurra”. Claudia, propietaria del Bar Nilo.

Claudia, propietaria del Bar Nilo
Culto a Diego, a Napoli… y al Lobo

Sentido de pertenencia

La imagen del héroe, del ídolo, del mas terrenal y humano de los dioses es indiscutible. Lo mismo nos comparte Andrea Albarano, fiel tifosi del Napoli, futbolero de ley y hoy claro está tripero a la distancia.

“Napoli es mi vida, mi pasion. Lo sigo a todos los estadios, sea la competencia que sea. Es poco habitual que con mis amigos nos perdamos un partido”. La pasión por Maradona es inescondible y hasta el brillo de sus ojos cambia al recordarlo. Quizá fue él quien me supo dar la definición más acertada de lo que significa Diego para las actuales generaciones. “Yo no disfrute de verlo jugar, como lo ha hecho mi padre. Pero hablar de el, es hablar de nosotros. Por eso en la Cuerva B, tribuna, siempre vas a ver su bandera al lado de los rostros de nuestros hinchas mas queridos”.

Andrea, es hoy junto a sus amigos un nuevo tripero por adopcion. Rápidamente a su inmensa coleccion de camisetas no dudó en sumar la Le Coq del Lobo con el “10″ de Maradona y por supuesto supo identificarse con el caracter popular que progona la familia gimnasista. Ese mismo que enarbola la rivalidad entre napolitanos y juventinos. Hoy, siemrpe que los horarios se los permitan, se juntan en “manada” a ver por internet los partidos del Lobo. Alentar a su querido Diego y claro está, maravillarse con la hinchada tripera a la que califican como: “De sangre napolitana, de esas que te ganan partido. Al igual que la nuestra”.

Con la del Lobo y el

Un giorno al improviso

¿Cuánto perdurara el lazo entre Gimnasia y Napoli?, ¿Cuánto tiempo Diego Armando continuarà siendo embajador de Gimnasia por el mundo?. Son preguntas que el destino se encargara de respondernos. Por lo pronto en la ciudad del sur, la ciudad del volcán, del mar, el mejor café y la mejor pizza del mundo (suscribo al haberla probado) salen felices del mitico San Paolo luego del triunfo por 1 a 0 (Insigne) ante la Lazio que los metió en semifinales de Coppa Italia. Los vendedores ya no venden la camiseta trucha del Lobo con la “10” de Maradona en la espalda por ordenanza municipal. “Bastardos”, me cuenta uno resignado. “La vendiamos como pan calienta” y suelta unos insultos en napolitano, que sinceramente me fue complejo entender. Pero sí me quedó claro au deseo para este 2020: Ver al Napoli campeón de la Coppa Italia y al Lobo de la Copa de la Superliga.

Lo concreto es que a 11.191 KM de distancia dos ciudades se hermanan a raiz de una pasion, La Plata y Nápoles, mancumunadas con Gimnasia y Napoli como bandera hoy le rezan al mas terrenal de los dioses. Hoy son parte de la historia del mitico e inigualable Diego Armando Maradona.