La gran sorpresa del equipo titular tiene sin duda alguna nombre y apellido: Eric Iván Ramírez. El delantero entrerriano volvió de su préstamo en Quilmes pero nunca fue considerado, al punto de entrenarse con los suplentes de cuarta. Ahora, ante una posibilidad inimaginada y que llama mucho la atención.
Nada tienen que ver sus condiciones, o algo por el estilo. Lo que sorprende son las formas, la manera, el momento. Eric Ramírez y un resurgir futbolístico en un momento de suma urgencia, la gran nota en la previa al choque ante Aldosivi.
Es valioso trazar una línea de tiempo para comprender tal sorpresa. Ramírez regresó en agosto de su préstamo en Quilmes, pero no fue considerado por el CT de Ortíz y pasó a entrenarse con Reserva y Cuarta. Allí permaneció los primeros dos meses, hasta la asunción de Diego Maradona.
En ese entonces, todo aquel que tenía contrato profesional debía presentarse a la primera práctica del Diez, pero rápidamente fue parte del recorte y sólo estuvo en aquella tarde del Bosque. Su reencuentro con Maradona y cuerpo técnico, fue recién en el amistoso disputado ante Chicago hace dos semanas, donde ofició de “sparring” y terminó convirtiendo un gol y dando una asistencia, dejando una grata impresión.
No obstante, volvió a entrenarse con cuarta, al punto de hacerlo con los excluidos de dicha categoría y hasta en la mayoría de estas ocasiones sin casi tomar contacto con la pelota.
Hasta que este último lunes, cuando Méndez y González pidieron por él, reapareció en el plantel del primer equipo para ya solidificarse. Según cuentan quienes están en el día a día de Abasto, el CT observó en Ramírez características que le estaban faltando y lo vieron con “muchas ganas”, para en la práctica del jueves incluirlo en el equipo titular donde a juicio de los entrenadores, redondeó una justificada labor para adueñarse del puesto en vísperas al juego con Aldosivi.
Un absoluto renacer futbolístico para Ramírez, que no juega para Gimnasia desde mayo de 2018, al mando de Darío Ortíz como interino frente a Independiente en un empate 2 a 2. En tanto, su último juego oficial fue con la camiseta de Quilmes en el mes de abril y jugando 15′.
Decisiones fuertes, sorpresivas y que ante todo, dejan a las claras y desnudan nítidamente un nuevo mal armado de plantel y otro mercado de pases en el que no se ha estado a la altura. Pibes: a poner la cara.