Eso fue Gimnasia. Parejo, sin niveles descollantes y con algún que otro punto flojo. En líneas generales, al equipo le falta un equilibrio y un generador de fútbol.
El Lobo jugó un partido regular, donde quizás lo más justo hubiese sido un empate. Sin embargo, un nuevo error propio lo dejó sin nada y no encontró ese jugador que pueda romper esquemas ni descollar por sobre el resto.
Momentos de Comba, la solidez de Torsiglieri, posibles puntos altos de Gimnasia, pero siempre bajo el mismo termino: nada mayoritariamente superlativo. Correctos.
En general, el equipo siente la ausencia de un volante que le pueda aportar corte y equilibrio, como así también un armador de juego de 3/4 hacia adelante.
Claro, no todo es de los jugadores: en el ST fallaron los cambios, el doble “9” hizo quedar largo al equipo y perdió movilidad, fútbol. Un poco de todo. Será momento de barajar y dar de nuevo, aferrándose a que quedan aún 32 partidos, 96 puntos.