En el estreno de la Copa Argentina, Gimnasia igualó 0 a 0 ante Defensores de Ramallo, pero prevaleció en los penales con un 5-3, convirtiendo en todas las ejecuciones. Al Lobo le costó desde el juego y deberá corregir varias cosas en el futuro inmediato.
Fue una trabajosa victoria, pero victoria al fin para Gimnasia. No tuvo fluidez, le costó dañar el cerco defensivo del rival pero aún así en líneas generales es justo ganador, más allá que el triunfo fue en la serie de penales.
Arrancó bien el Lobo, con un buen primer cuarto de hora. Luego, el trámite del juego fue parejo, con un Gimnasia dominador pero híbrido, a veces inconexo y falto de generación.
Así llegó hasta el final, cuando pitó Trucco y hubo que ir a los penales. Allí convirtieron todos: Silva, Faravelli, Licht, Piovi y Simeone -el definitivo-. Fernández erró para los ramallenses y esa fue la diferencia de la serie.
Ganó y alimenta su confianza, pero en lo que debe crecer más temprano que tarde sin lugar a dudas tiene que ser en la materia generación. Al Lobo le cuesta tener sorpresa, romper líneas e incluso tener un juego fluido de pases, cuestiones y armas básicas para dañar y así poder intentar ganar cada encuentro.
Respira, sigue y espera. Defensa y Justicia o Gimnasia y Tiro de Salta, el rival de la próxima fase.