El Lobo fue una sombra y cayó vapuleado por 4 a 1 ante Atlético Tucumán en el reestreno. Lo perdió de principio a fin y deberá hacer un giro muy grande para mejorar esta primera pálida versión.
Gimnasia jugó muy mal y perdió categóricamente en el retorno a la acción oficial. Fue 4 a 1 ante un lúcido Atlético Tucumán y genera preocupación de cara a lo que vendrá.
De inicio las cosas fueron oscuras. Error defensivo de Piovi y 1-0 de Álvarez a los 10′. Dos minutos después, penal tras otro desacople defensivo y 2-0 de Díaz. La imagen del Lobo era de un equipo totalmente partido y sin respuestas.
Sin embargo, sobre los 35′ y tras una jugada fortuita luego de una pelota parada, Faravelli encontró el descuento y reavivó las ilusiones albiazules, pero sólo por un rato.
Pasados los 40′ Cabral cabeceó en el área y a Martín Arias se le escurrió de sus manos y cometió un yerro que fue el golpe de nocaut para un equipo que jamás pudo reencausar una reacción.
El complemento casi que estuvo de más, porque de arranque un nuevo penal cometido (discutible) tras otro, sí, otro error defensivo, que Matos cambió por gol, decretó el 4 a 1 definitorio.
El Lobo no pudo en ningún momento siquiera maquillar su imagen. Fue muy superado y hasta le hicieron precio. Se viene Tigre y el cambio deberá ser radical.
Foto: Télam