Lo de Gimnasia dejó de ser meseta y ya es un pozo realmente complejo. Volvió a jugar mal y perdió en casa ante un rival directo. Fue 0-2 y el equipo pide a gritos varios cambios de nombre.
El Lobo no levanta. Después de aquella gran victoria ante Boca, se vino la catarata de derrotas, se desmoronó en todos los sentidos y el presente es realmente preocupante.
En el comienzo del partido y durante la primera etapa, con muy poco el Lobo superó en el juego a los visitante, pero nunca fue punzante ni llegó con demasiada claridad.
Y en la última del primer tiempo, un horror defensivo, otro más, derivó en la apertura del marcador para los sanjuaninos.
De yapa, apenas corriendo 10′ de la etapa complementaria y vía balón parado, los santos aumentaron el marcador y el conjunto albiazul fue mandíbula de cristal. Jamás reaccionó, no tuvo fútbol pero lo más triste es que careció de orgullo deportivo.
El equipo perdió la brújula y las explicaciones son difíciles de encontrar. En pocos partidos Gimnasia se ha desmoronando y Troglio deberá dar un volantazo urgente. Según la información posterior al partido, todo parece indicar que el DT tiene decidido hacer un cambio radical para encontrar el golpe de efecto que necesita, de cara a una semifinal de la Copa Argentina que lo tendrá frente a frente con River y que a su vez puede ser la entrada en pista ideal para volver a creer.