De común acuerdo con la dirigencia, tras otra paupérrima actuación del equipo, Sava acordó su desvinculación del club. Dirigió 12 partidos, con 2 triunfos, 3 empates y 7 derrotas.
Gimnasia se quedó sin entrenador. Otro devorado por un plantel que no da respuestas futbolísticas ni anímicas hace ya bastante tiempo. Facundo Sava es una víctima más del pésimo armado de una plantilla que demuestra semestre a semestre no estar a la altura.
Luego de la derrota en Córdoba, el plantel se cargó a un nuevo entrenador. Pasó Alfaro, pasó también Soso y ahora Sava. El Colo llegó en un momento durísimo, donde casi no se pudo incorporar y heredando el flojísimo armado del plantel realizado por Depietri y Soso, los dos grandes fracasos de la era Pellegrino.
Pasaron 12 partidos, con un comienzo promisorio que luego se fue desdibujando, a punto tal de terminar arrastrando seis caídas en fila con un rendimiento futbolístico lejos de la altura de las circunstancias.
Sava llegó y luchó hasta donde pudo. Intentó por todos los caminos y no encontró la solución. Lo mismo le pasó a Alfaro, e idéntica situación con Soso. Y probablemente no sea casualidad: con limones, limonada. De lo poco -por no decir único- real de aquel olvidable paso del colombiano Maturana.
Hay que barajar y dar de nuevo pero no equivocar las cartas. Casi no hay lugar para el error luego de un campeonato pésimo. Dos entrenadores en el camino, vendrá el interinato y tras el mismo llegará el nuevo director técnico, el cual deberá ser respaldado por la dirigencia con refuerzos que estén acorde al momento y cortando las “cabezas” que haya que cortar para el bien de Gimnasia.