HOY, HACE 26 AÑOS

El club

El Día Internacional del Hincha de Gimnasia nació un 10 de diciembre de 1990 en una reunión entre la Comisión Directiva mens sana, hinchas triperos y el intendente Julio Alak. Aquel día no sólo se plantó un árbol, también comenzaron a crecer las raíces de la incansable lucha tripera.

Un lunes 10 de diciembre de 1990 ­al mediodía, la Comisión Directiva de Gimnasia, encabezada por Héctor Atilio Delmar, junto al vicepresidente Roberto Negro Lemos y Dardo Cotignola, entre otros tantos dirigentes, convocó a un puñado de hinchas a una reunión con el Intendente para tratar la cesión de tierras del Bosque. Entre los triperos estaban Néstor Basile, Lito Gárgano, Oscar Butín y Hugo Canepa, algunos de los principales referentes de esta histórica lucha. Fue un día de mucho calor, cielo despejado y pesado.

Uno de los presentes de aquella reunión, recordó: “Nosotros fuimos convocados como hinchas caracterizados, como le gustaba decirnos Cacho (Delmar) y a Néstor (Basile) se le colmaba la paciencia. Delmar quería quedar bien siempre con Dios y con el diablo, y Alak estaba firme en su postura de no darnos las tierras”. Luego agregó: “Cotignola era un tipo tan correcto. Tenía un anillo de casado muy pesado. En un momento golpeó la mesa de vidrio y dijo: ‘¡¿de qué estamos hablando Alak?!’, en un tono no muy cordial. En ese instante, un estúpido que nunca falta, rompió un vidrio y la reunión se dio por suspendida porque entraron los guardaespaldas del Turco”.

El clima estaba tenso porque la reunión venía un tanto caldeada y la idea era cerrar de palabra la cesión de tierras a Gimnasia. Algo que la Logia Tripera del Mondongo, ese grupo de triperos que se juntaban quincenalmente a hablar del Lobo, peleó por muchos años. A las fueras de la Municipalidad se escuchaban gritos y no se sabía bien de quiénes eran porque, luego de esa rotura de vidrio, los hicieron dispersar a todos dentro de los pasillos del edificio de calle 12.

“En un momento decidimos con Néstor abrir la ventana del primer piso para ver qué pasaba y ahí estaban. Más de mil hinchas de Gimnasia, todos con sus camisetas, uno con el manijón de la puerta de la Municipalidad cantando ‘Olé, olé, olé, olé, olá, el Lobo es del Bosque y del Bosque no se va’. No lo podíamos creer. La gente estaba enardecida” rememoró uno de los presentes de aquella tarde entre risas.

Los triperos, que estaban reunidos, tuvieron que bajar para calmar las aguas. El clima no era el mejor. Los gimnasistas querían entrar a la Municipalidad e incendiar todo. Basile, Gárgano, Canepa, Butin, Lemos,entre tantos llevaron al triperío al centro de la Plaza Moreno, para explicarles la situación.

Basile hizo un pedido muy especial a Gárgano y se recuerda la anécdota como: “Cuando fuimos caminando Néstor me pidió que le consiga un árbol y un cura. No sabía de dónde sacarlo, pero tenía que conseguirlo. Llamé a un amigo y le dije andá a tal vivero y decile que vas de parte mía. No me podía robar un árbol de Plaza Moreno. Luego, andá a buscar al cura Montagna, que estaba con la cadera rota y explicale que lo necesitás urgente. Tampoco podía robarmelo de la Catedral”.

Néstor habló frente a todos los triperos y pidió de ir al Bosque. Primero le expresó a todos que estaba todo encaminado para que las tierras sean nuestras, algo que era mentira, pero que necesitó decirlo para calmar a todo el triperío. Allí, comenzó la primera movilización. Más de mil hinchas de Gimnasia emprendieron calle 51 y luego la Avenida Iraola al ritmo de “Olé, olé, olé, olé, olá, el Lobo es del Bosque y del Bosque no se va”. Se fueron a la cancha auxiliar, y ahí plantaron el árbol que el amigo de Lito Gárgano había conseguido- El cura lo bendijo.

Ese día el pueblo tripero escribió una gran hoja de su historia. Una historia llena de luchas ganadas.