Nacido en Goya, provincia de Corrientes, Lautaro Chávez llegó al Lobo con tan sólo 15 años y desde los comienzos, empezó a deslumbrar. Zurdo, flaco y con acento correntino bien pronunciado, “la Joya” demuestra jornada tras jornada que es una de las mayores promesas que hoy por hoy tiene el Club.
La Octava que dirige Fernando Gatti terminó empatando en Abasto ante Instituto en un encuentro siempre favorable para los 2001 mens sana. “Fue parejo, fuimos superiores en el primer tiempo y en el segundo. Ganamos todas las individuales pero el segundo tiempo nos costó mucho, ellos en tres llegadas nos vacunaron”, sintetizó Chávez antes de cumplir con las tareas de elongación post partido junto a sus compañeros.
Tras clasificar de la mejor manera al octogonal final de la Copa Integración de AFA, la división que recorre apenas su segundo año en Juveniles no comenzó con el pie derecho esta etapa definitoria. Al respecto, el 10 comentó: “Contra All Boys fue un golpe muy duro, tendríamos que haber ganado sí o sí”; y continuó: “Con este empate se nos complicó todo, pero hay que ir a ganar a Mendoza y esperar a que no gane All Boys. Vamos a ir como siempre, con presión en los juegos individuales y a ganar cada uno su duelo”.
El pibe correntino es una pieza clave en el equipo, ya que se ha convertido en el goleador y además es el arma recurrente en el ataque de la Octava. Buscando poder desarrollar todo su talento, Laucha –como lo llaman alguno de sus compañeros-encontró en Gimnasia “un Club muy lindo y muy cómodo”. Hoy alojado en la pensión del Club, aseguró: “Por mi sueño acá voy a dar todo”.
Por último, al ser consultado sobre el sentimiento de pertenencia que posee el grupo al que se incorporó este año, no dudó: “Para ellos y para mí el Club significa mucho. Es muy bueno ver que tus compañeros lo sientan así”.