Lucía Astorgano, jugadora de la Intermedia de Las Lobizonas, habló en exclusiva con triperomaniacos.com.ar en donde contó el gran presente de su equipo, y sus deseos por el hóckey de nuestro Club.
Luego del buen triunfo que logró la Intermedia frente a UNLaM, este domingo visitará a Buenos Aires School por la octava fecha del Metropolitano. Con los tres puntos en casa, el equipo dirigido por Daniel Roellig llegó a las 47 unidades y se aseguró estar dentro de las cuatro mejores que lucharán de acá a fin de año. Antes de afrontar el próximo encuentro, charlamos con una de sus protagonistas dentro del campo de juego.
Lucía Astorgano es jugadora de la Intermedia de Las Lobizonas. Es de la ciudad de La Plata y tiene 20 años. Actualmente estudia Ingeniería Industrial, por lo que divide sus tiempos en hacer lo que más le gusta y estudiar. Se encuentra en nuestro Club hace cinco años, es decir, desde que la disciplina volvió a dar sus primeros pasos.
“Este es mi quinto año en Gimnasia, llegué porque vi que había empezado la actividad, y quería jugar. Arranque por la Sexta, en donde estuve un año, luego pasé a quinta, en donde estuve dos, y ya en el 2015 pasé a mayores”, relata Lucía.
A sus ganas de jugar, nuestra Lobizona confiesa porqué eligió nuestros colores y no otros clubes que existen en la ciudad: “Elegí Gimnasia porque es el Club al que amo. En si es mi vida, es una pasión que no se explica, que solo la entiende el hincha de Gimnasia, y como digo siempre, no entiende mi locura, quien no comparte mi pasión”.
Con respecto a la actualidad de su equipo, Lucía definió a la Inter en tres palabras: “Respeto, garra y compañerismo”. además agregó: “Estamos bien, tomamos confianza y por suerte se nos están dando los resultados, esperamos seguir así, ya que se nos vienen partidos complicados”.
En tanto, se refirió a sus compañeras de equipo, pilar que considera fundamental para que las cosas marchen bien: “Son todo. Mis compañeras a pesar de que fueron cambiando, siempre son las mismas a las que estoy aferrada. Por suerte nos entendemos muy bien, y ademas de ser compañeras de equipo, somos amigas fuera de la cancha. somos todas muy unidas”, y añadió: “Le deseo lo mejor a la quinta división que está primera, son un hermoso grupo y a pesar de que hubieron algunos tropiezos que no se rindan que los sueños se cumplen luchando y tienen todo para dar”
Un poco más distendida en la charla, Lucía confesó estar eternamente agradecida a sus padres, por lo que hacen por ella y sus hermanitas, y a su vez contó: “Mis papás (Alejandro Astorgano y Evangelina Álvarez) están muy metidos en el hockey de Gimnasia. Todo empezó con dar una mano, luego pasaron a ir a los partidos y tratar conseguir todo lo que se pueda. Mi papá es feliz de que nosotras defendamos los colores del Club, nos acompaña en cada entrenamiento, desde que comienza la jornada de los domingos, hasta que termina, y mi mamá obviamente sigue todas sus locuras (risas) y siempre esta ahí apoyándonos”.
En cuanto a sus profes, la jugadora de Inter comentó: “Dinker y Lucia Romagnoli fueron los primeros profesores que estuvieron desde que comenzó la actividad. Todos los profes que pasaron siempre se esmeraron mucho, tanto como amor al deporte, como otros por amor al Club. Puedo decir que somos una gran familia” y añadió: “También agradezco a los padres que colaboran, sin dudas siempre están aportando lo mejor a pesar de los obstáculos que se van interponiendo”.
Sobre el final, Lucía hizo eco de lo que desvela a todo integrante de esta gran familia: “Un sueño a futuro es tener la cancha de sintético, nosotras luchamos por nuestro sueño, el deporte creció tanto que la cancha es indispensable, y obvio seguir jugando y defender estos colores”, “Además ansío que esté rápido para que mis hermanas, que lo empezaron desde muy chiquitas, puedan seguir estando dentro del Club que tanto aman”.
Por último, nuestra Lobizona reveló: “El hóckey de Gimnasia para mi y creo que así lo es para todas las jugadoras y padres, es una gran familia que día a día pone lo mejor para que la actividad siga creciendo”.
Fotografía: Ágata Natale