Comienza un nuevo torneo, y el viejo y decano Gimnasia y Esgrima La Plata, renovará su esperanza como lo ha hecho siempre, pero, en esta oportunidad con aristas muy marcadas y distintas.
Por empezar, este Gimnasia que asoma, el “El primer Gimnasia” de Gustavo Alfaro armado por él, se ha reforzado de manera notoria. Ojo que digo “notoria” y no brillante, o espectacular, o envidiable. Hay que estar atentos y no confundir, pues mientras presenta refuerzos para la prensa, le sigue debiendo a cada santo una vela. Es evidente que poco ha cambiado en lo institucional, y el club de la calle 4 sigue haciendo lo que puede y de manera casi milagrosa.
Doce son los futbolistas que han llegado, y otros tantos los que se marcharon de una u otra forma. Rápidamente, el que asoma como uno de los más notorios es Ramiro Carrera, quien llega desde Arsenal. Y por qué lo nombro primero? Lo hago pues a mi modesto entender, será uno de los que mejor resultado le puede llegar a dar a Gimnasia y Esgrima. Claro que no se puede obviar el posible éxito de Imperiale, o el de Vegetti –en su retorno al club- pero lo de Carrera asoma como distinto, ojalá no me equivoque. Lo de Bottinelli, el peruano Rámos, el uruguayo Gorga y el Melli García (que no es muy distinto a Bologna) habrá que verlo a medida que el DT los vaya metiendo en su estructura, pues salvo al arquero, a los demás los hemos visto poco. Pero a simple vista de futbolero, no están nada mal para un plantel respetable como este.
Al analizar los otros refuerzos tenemos que ser cautos, sobre todo con los históricos. Por ejemplo, no hace falta decir que cuando Fito Rinaudo se recupere será fundamental, pero, para que eso ocurra aún falta mucho. Y aquí, es inevitable hacerse una pregunta: Se hizo bien en traerlo lesionado como estaba? Yo creo que sí. Fabián Rinaudo, es un jugador que tiene nivel internacional. Hay que aguantarlo, no queda otra.
Después están Sebastián Romero y Lucas Lobos. Lo de Chirola es distinto a lo del habilidoso de Olmos. Aunque mejor sería decir muy distinto. Romero viene de jugar un muy buen torneo en Quilmes, en un Quilmes caótico. Aporto buen juego, experiencia y hasta goles, pero ojo, ya tiene 37 años, y no sería raro que para Alfaro, Chirola sea un jugador de 15 o 20 minutos por partido, o de un solo tiempo.
Ahora bien, lo de Lucas es un caso aparte, pues la incógnita es casi total. No se sabe como está, y que es lo que en realidad tiene si es que tiene algo. Hace mucho que no juega y por sobre todo, no se sabe si podrá responder a las expectativas desde lo físico. Por eso, sería muy bueno que no se lo pida con premura, pues el tiempo, será el que deje ver para qué esta y lo que puede dar. Su llegada y la de Romero, junto a la estadía de Fito, serán importantísimas en otro aspecto -además del futbolístico- pues ellos podrán transmitirle a los más jóvenes, o a los que no sienten aun la pertenencia azul y blanca, que es lo que a Gimnasia le hace falta, o como es su gente, o como siente los partidos. Recuperar pertenencia, o no perderla, es algo que el Lobo necesita. Como necesitaba esa platea que se estrenara en esta primera fecha. Platea moderna que se erguirá orgullosa, pues fue hecha a pulmón, como se hacen las cosas en un club que año a año, se renueva de amor, como pocos lo hacen.
Por Daniel López – @ElProfesorLopez