EN EL BOSQUE, SIEMPRE

Editorial

Gimnasia protagonizará hoy un amistoso frente a Independiente en el Estadio Ciudad de La Plata. La noticia revolucionó al mundo tripero, y puso nuevamente en la mesa una discusión que hace tiempo tendría que haber quedado saldada. ¿Gimnasia puede ir y jugar como si nada en 25 y 32? La identidad vs. Los negocios.  OPINIÓN. 

Desde que se conoció el escenario donde Gimnasia jugará esta tarde un amistoso frente a Independiente, distintas opiniones comenzaron a surgir entre los hinchas: es un amistoso, nos deja plata, al Lobo se lo alienta donde sea, es una cancha neutral y, EN EL BOSQUE SIEMPRE.

Las premisas anteriormente mencionadas no son subestimadas en lo más mínimo por quienes escribimos estas líneas. Por el contrario, elegimos no tomarlas en pos de generar discusiones y sí, utilizar el momento de intercambio para refrescar la memoria y contarles a las generaciones venideras por qué estamos donde estamos, cómo llegamos hasta ahí, lo que aceptamos y lo que descartamos, LO QUE SOMOS Y LO QUE NO SOMOS NI QUEREMOS SER.

La historia marca nuestra identidad, lo propio, nuestro patrimonio. Tomar la historia como algo del pasado es sumamente ingenuo, pues es la base del futuro, de lo que vendrá, de lo que permitiremos que venga y lo que queremos que venga.

Cuando le pedí las próximas líneas a mi amigo, lo hice con la intención de que él mismo pudiera contar en primera persona esta parte de la gran historia del Club. Porque la experiencia vivencial de este Guardián del Bosque, nos acercará a comprender un poco más con qué valores se relaciona esta discusión.

Porque en cierto punto hay que entender, que esos aproximadamente dos años nefastos y tristes que atravesamos fuera de casa, no fueron sino una gran prueba de fuego para reafirmar la idiosincrasia albiazul. Porque otros, en similar situación, hace más de 10 años que no vuelven a su casa.

Los ingresos tan lamentable y desesperadamente necesarios para Gimnasia, logran que el grito de auxilio sea tan fuerte que nos ensordece y nos hace olvidar. Por eso, preparate un mate y sentate a leer… léeselo al más chico de la familia, a un amigo, a tu pareja, a tu papá o mámá. O leelo en voz alta, bien fuerte… porque un pueblo que olvida está condenado a repetir su historia.

Antonela Brandi – @antobrandiok

QUE ESE ESTADIO NO TE TAPE EL BOSQUE

Más de 25 años pasaron desde que las voces de todos los triperos se conjugaron en una sola, ronca, contundente y por siempre inclaudicable que gritaba NO AL ESTADIO UNICO. De manera rotunda, y podríamos decir, predictiva o visionaria, dado que esos nefastos fines -hoy palpables y representados por una enorme mole de cemento y lona- se cocinaban a oscuras y muy lejos del saber popular.

La voz que unificó y representó a todos los triperos fue la del periodista e hincha albiazul, Néstor Basile, quién encaró una lucha de magnitudes indescriptibles que hubiera sido dada por perdida desde antes de empezar, por casi cualquier ser racional. Tuvo que informar, convencer, concientizar y mostrar el camino a muchos y esos muchos fueron apareciendo inevitablemente conquistados por esa labia que podía describir como nadie lo que muchos siquiera entenderían.

El principal enemigo parecía ser el estado provincial, pero el tiempo quitaría las caretas de quienes debían representarnos y bregar por nuestros intereses, dejando expuestos a los presidentes Héctor Delmar y Roberto Vicente, quienes a espaldas de los socios e hinchas y sin respetar el estatuto del Club habían allanado el camino y llevado a Gimnasia de rodillas a integrar la Fundación Estadio Ciudad de La Plata; los enemigos también estaban adentro.

Con esta traición consumada, los triperos redoblaron sus esfuerzos y focalizaron el primer objetivo: conseguir la cesión definitiva de las tierras del Bosque. Y fue así como empezaron las masivas movilizaciones al Municipio mientras a la par los triperos que junaban de leyes junto a otros investigaban, presionaban y buscaban alternativas para conseguir ese primer objetivo que nos garantizaría la tierra que ya habíamos hecho propia, ahora en los papeles.

Fue así como tras una larga, desgastante e incansable lucha, mientras la cual no solo se construía ese mal llamado único estadio, sino que se ponían trabas y objeciones sobre el uso, mantenimiento e incluso ubicación de nuestro estadio del Bosque, en complicidad entre el Municipio, la Provincia y supuestas organizaciones ecologistas fuertemente ligadas al gobierno provincial, el 10 de junio de 2009 se firmó el acta acuerdo para ceder definitivamente las tierras, que se concretó el 24 de junio del mismo año con la aprobación del Consejo Deliberante Municipal y se ratificó definitivamente el 4 de octubre de 2011 con la entrega de las escrituras definitivas.

Párrafo aparte, y retrotrayendo la historia de esta lucha al año 2006, nos encontramos quizás ante el hito más difícil de la misma cuando el nefasto presidente Juan José Muñoz, dictaminó que Gimnasia debía hacer las veces de local en aquel estadio, para entonces a medias inaugurado, mientras destruía o desmantelaba otras áreas y deportes del Club, e incluso y sobre todo, al mismo estadio del Bosque al que le desarmaba la Tribuna H, dejando el hueco que todos conocimos, con el supuesto aval y excusa de medidas impuestas por FIFA o le destruía los paredones perimetrales del campo de juego con la supuesta excusa de que por allí ingresarían las parafernalias necesarias para un recital que dejaría un importante dinero y ni hablar del mantenimiento cero y el tenerlo cerrado que iba acrecentando el estado de abandono que luego justificaría, al menos en su mundo de fantasía la obsolescencia en la que se apoyaba para avalar el carísimo alquiler que pagábamos en 32.

Esta etapa movilizó aún a muchos más triperos de los que ya venían luchando contra esto, que a esta altura ya era un hecho. Gimnasia fue obligado a dejar su casa, su Bosque, aquel que le adjudicó el mote de Lobo, pero ojo, nada de abandonando, porque los triperos nunca abandonamos. En estos tiempos la cosa era de prepo enserio, las patotas del Presidente presionaban a los hinchas y socios movilizados, las puertas se cerraban con más rejas y cadenas, también se ignoraban los pedidos de asamblea de los socios. En la sede pasaba lo mismo, se instalaba la persiana metálica y se impedía el ingreso a los socios que se manifestaban allí de manera diaria. El fútbol no estaba exento, se concurría a apretar al plantel, se apretaban árbitros y Gimnasia daba que hablar y comer de manera lamentable a todos los medios nacionales y hasta internacionales.

Esta etapa nefasta instaló una división tremenda en los Gimnasistas entre los que encontrábamos a aquellos que preferían y elegían ir allí, los que iban en desacuerdo y los que se plantaron en el Bosque y escuchaban los partidos por radio amuchados en el monumento.

Claramente, aquel mal llamado único estadio era el símbolo más importante de la debacle Gimnasista, el Club estaba cada vez peor y las divisiones contribuían a que así sea. Las distintas movidas generaban grupos de trabajo, de lucha y hasta alternativas políticas y todo esto, sumado a los malos resultados allá, fue cambiando la situación, algunos empezaban a ver nuevamente que el Bosque empezaba a recuperarse con el laburo de la gente y muchos otros motorizaban el proyecto del arquitecto Luis Díaz y proyectos para financiarlo sin tocar el dinero que ni el Club tenía.

La cosa iba cambiando y la coyuntura política que habían dejado tantos años de lucha y fortalecimiento de los proyectos e ideas, hacía que una de las alternativas políticas adoptara por obligación y conveniencia a Luis Díaz como integrante, su proyecto como oficial y no le quedara otra que dejar los espacios para que los socios e hinchas los concretáramos.

Hoy, la remodelación del Bosque está en marcha, se está haciendo la tribuna y lleva merecida e irrefutablemente el nombre de Néstor Basile. Quienes luchamos sabemos de las batallas ganadas, pero la guerra no terminó y no sabemos si terminará algún día. Tenemos clarísimo que cada vez que se va allá se abre una puerta a, como mínimo, el análisis de cómo fuimos, cómo lo tomamos y si nos podrán seguir llevando, sabemos también que tienen las herramientas para hacerlo como lo han hecho antes si nosotros no estamos atentos. También claro es, que esto trasciende lo futbolístico, dado que más allá de hablar de dos estadios de fútbol, hablamos de la identidad, representatividad y amor de uno contra el descuido de todo esto en el otro, hablamos del crecimiento institucional y patrimonial en uno, contra el descuido de esto en el otro.

Ahora te dicen amistoso, cancha neutral, división de gastos y ganancias pero de fondo un acuerdo entre el actual presidente de Gimnasia, Daniel Onofri y el sindicalista y presidente de Independiente Hugo Moyano, genera un partido allá que termina organizando Gimnasia. Ya veremos, como en sobradas ocasiones, que la recaudación ni siquiera será justificativa para las consecuencias que esto puede tener y sobre todo para estar vapuleando cuestiones tan importantes como nuestra identidad. Mañana ese partido puede ser un clásico y no vas a querer ser local allá, porque de hecho igual no lo sos, porque de hecho así lo sentís cuando estás allá, porque ese no es nuestro lugar, eso es frío y neutral.

Quienes no vamos o nunca fuimos lo hacemos por el profundo amor que le tenemos a Gimnasia, nosotros estamos convencidos que yendo hacemos mella en lo que tanto nos costó conseguir, que de esa manera podemos hacerle mal al Lobo y  aunque respetamos las distintas posturas, nos cuesta entender que por ejemplo el argumento, pura y exclusivamente futbolístico, que se creó para demostrar que de visitante estábamos en donde sea (“no importa en que cancha juguemos”), sea utilizado como justificativo, sobre todo porque el mismo fue utilizado también, como himno de lucha por aquellos que nos querían allá y de rodillas, hasta incluso tras una definición electoral. También están aquellos que dicen que ya está, que el Bosque ya no se discute más, pero no analizan en profundidad que muchos de quienes lucharon por que eso se lograra, conociendo lo que costó y portando las heridas de esa lucha, son los que les dicen, no vayas, o tené cuidado con lo que puede pasar.

Hay que tener clarísimo que ese “no importa en que cancha juguemos” refiere pura y exclusivamente a los partidos de visitante y que los de local no remiten duda alguna, son en casa, en nuestra cancha, en nuestro Bosque, porque, al fin y al cabo, todos sabemos que NO HAY LOBO SIN BOSQUE.

Uno de los Guardianes del Bosque