“ALICIA CASAMIQUELA ME SALVÓ LA VIDA”.

Entrevistas Polideportivo Vóley

Carlos Espósito hace 32 años que trabaja en el club como utilero y masajista. Trabajó en diferentes disciplinas pero hace dos años que se dedica a la utilería en el vóley. Entre anécdotas y recuerdos Pipi hace un recorrido de su vida en Gimnasia en exclusiva para triperomaniacos.com.ar.

Todos los que recorren en club a diario lo conocen, siempre está para ofrecer una mano y ya convirtió a Gimnasia en su casa y a su gente en una gran familia. Siempre agradece a Alicia Casamiquela la ayuda que le brindó. Entre fines de los 70 y principios de los 80 Pipi comenzó a dar sus primeros pasos como masajista en las divisiones inferiores de fútbol.

“Estuve 16 años como masajista de fútbol en inferiores, salí campeón con la Cuarta. Estaban Noce, el flaco Morant, los mellizos (Barros Schelotto), el yagui Fernández,  el Guly (Andrés Guglienmipietro), una época hermosa. Llegué a primera estando Garisto;  después dejé el fútbol y me pasé al básquet no me acuerdo cuántos años. Pasé a la selección con Vecchio y después con Lamas. En esa última etapa con Lamas no me pude adaptar y renuncié a la selección. Cuando volví a La Plata nos quedamos sin básquet en Gimnasia y falleció mi señora, me quedé sin nada. Cuando Alicia se enteró se contactó conmigo y ahí es cuando me cambió la vida, cuando volví a Gimnasia”.

Estuvo durante seis años como utilero de la Selección Argentina de básquet con la que no sólo recorrió el mundo sino también obtuvo medallas. “Tengo dos medallas de oro, una en Rosario y en Mar del Plata Panamericanos. En La Plata nadie tiene dos medallas doradas, soy el único” afirmó con orgullo. También destacó una anécdota que para él no fue agradable: “tuve que decirle a Manu Ginóbili que no quedaba en la selección cuando estábamos entrenando. Él venía de Bahía y Vecchio me mandó a mí a decirle, siempre me mandaba a hacer esas cosas, nos pusimos a llorar los dos. Después se fue a España y mirá donde está ahora” dijo entre risas.

Cuando quedó viudo su vida no volvió a ser la misma, lo atravesó una profunda depresión. “En ese momento nadie fue capaz de llamarme ni decirme “gracias por los servicios prestados”. Hasta que se enteró Alicia y me salvó la vida sino yo estaría muerto, viviría encerrado en mi departamento llorando todo el día. Alicia me llamó y me dijo: “vos sos familia acá en club, no vas a estar solo encerrado vení con nosotros a trabajar”.  Paula y Hernán (Casamiquela) son como mis hermanos y aunque con Alicia tenemos casi la misma edad ella me trata como a un hijo y yo como una madre. A Gimnasia tengo que agradecerle todo lo que soy, no tengo nada que reprocharle. Yo gracias a Gimnasia llegué a la selección, estuve seis años y medio recorriendo el mundo” sostuvo emocionado.

En la actualidad se dedica a trabajar enteramente en el vóley desde hace dos años. “En el vóley hago un poco de todo soy masajista, utilero. Yo vengo al club y recibo la comida, les hago masajes a las chicas si necesitan, ayudo a Marcela (Ré) a armar la red, sacar las pelotas y todo lo que haga falta. Yo vengo todos los días y estoy varias horas acá para mi es importantísimo poder hablar con alguien, trabajar, no me puedo acostumbrar a estar solo”. Por último confesó que no siempre fue hincha de Gimnasia y cómo fue que empezó su vinculación con el club “Cuando era chiquito era hincha de san Lorenzo y si no me hacia hincha de Gimnasia mi papá no me dejaba ir a la pileta del bosque tenía cinco o seis años, hoy sigo yendo a la pileta. Desde entonces estoy vinculado a Gimnasia y siempre le agradezco todo lo que me dio”.

Por Jessica Noguera @noguerajessy

Foto: Agata Natale.