El Lobo cayó ante Lanús por 1 a 0 en el primer partido, con otro arbitraje por demás polémico y realmente sospechoso de Saúl Laverni, quien una vez más le metió la mano en el bolsillo a un Gimnasia, que deberá revertir la serie en el Bosque.
En un partido que parecía empate, otra vez Saúl Laverni se empecinó en perjudicar a Gimnasia, que no tuvo muchas luces durante los 90 minutos, pero que se acomodó en el complemento y hasta tuvo ocasiones para ganarlo. A ocho del final, Velázquez, en offside, le dio la ventaja y el único gol a Lanús, que se quedó con el encuentro de ida por 1 a 0. Nicolás Navarro le contuvo un penal a Aguirre, pero no alcanzó para traerse un resultado positivo a La Plata.
Desde el arranque se vio un Lanús eléctrico y que se tornaba muy peligroso con la velocidad y gambeta de Lautaro Acosta, quien fue claramente la gran figura del partido. Así y todo, el Lobo aguantó con su bloque defensivo, y de contraataque no se quedaba atrás e incomodaba a una dubitativa defensa granate, en un dato a tener en cuenta para el choque de vuelta.
Pero como Lanús no podía, fue Laverni quien tomó el toro por las astas y le dió una mano al Grana: córner desde la izquierda muy pasado, cae González y el árbitro pita penal, además de amonestar a Rinaudo por una infracción inexistente. De la pena máxima se hizo cargo Nicolás Aguirre, pero el arquero del Lobo, que comenzó a atajarlo antes de que el volante granate ejecute, contuvo el penal casi que sin dar rebote y siguió dejando el marcador en blanco, muy a pesar del juez.
Así se fue el primer tiempo, en el que ya había quejas varias -logicas- para con el árbitro, que con mucha soberbia, reía en los rostros de los propios protagonistas albiazules.
En el complemento, quedaron mucho más marcadas las réplicas de Gimnasia, que tuvo un par de ocasiones nítidas para vencer la resistencia de Ibáñez, siendo una de ellas una jugada muy bien armada de Nacho para Mendoza, que desbordó y se la devolvió atrás al 8, que presto a definir para salir a gritarlo, fue derribado de manera alevosa por Román Martínez, pero Laverni obvió la falta y aplicó el “siga siga” insólitamente.
De yapa, cuando ya corrían 37 y el Lobo se abrazaba al empate en un partido donde jugó contra su rival de turno y el árbitro, ya no pudo combatir con el línea Cristian Navarro, que no levantó la bandera tras un tiro libre de Pasquini en el que los cinco atacantes granates quedaron en offside tras un achique bien hecho por la defensa tripera. Fue Junior Benítez quien conectó el centro, Navarro se lució y le quitó el gol, pero en el rebote, Velázquez, solito y sólo, pudo marcar la apertura del marcador y el único tanto del partido.
Realmente completa la noche en el Sur, con otro arbitraje para sospechar y que sigue dañando a nuestro fútbol argentino de cada día. Ya se hace imposible pensar en la buena fé, cuando las cosas pasan una y otra vez. Laverni vs. Gimnasia, capítulo infinito.